Solo durante la mañana de ayer se retiraron varias decenas de nidos de las copas de la veintena de pinos de la plaza.

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Los pinos de la plaza Joan de Borbó o de l’Empordà han sido los primeros de Ciutadella en ver descender de sus copas hileras de oruga procesionaria (Thaumetopoea pityocampa). Esto ha obligado al Ayuntamiento a cerrar el parque para evitar afectaciones en personas y animales. Una situación que, si bien no es nueva, se produce en un año en que no se ha podido hacer el tratamiento preventivo de endoterapia en otoño, al no haberse formalizado el nuevo contrato para el servicio de desinfección i desaratización, lo que deja en suspense lo que pueda ocurrir las próximas semanas o meses.

La plaza de l’Empordà acostumbra a ser «primeriza» cada año en cuanto a la aparición de orugas, algo que se ha cumplido de nuevo. Lo afirma la concejal de Vía Pública y Salubridad, Esther Mascaró, quien confía que la naturaleza sea benévola y la oruga no prolifere en exceso. Si lo hiciera, previsiblemente «en los dos próximos meses, habrá que actuar en más lugares», igual como lo hacían ayer operarios de Jardinería Es Garrigó, retirando nidos, uno a uno.

Tras llevar a cabo una actuación de urgencia, este sábado se ha reabierto la zona infantil de juegos.

Uno de los nidos retirados ayer.

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Tarde y con complicaciones

El último contrato que tenía el Ayuntamiento para la desratización y desinfección expiró el 18 de agosto, sin haber licitado y adjudicado el nuevo. «No hay que esperar a que acaben los contratos», lamentaba Mascaró, recordando que, tras tomar posesión en julio el nuevo equipo, se inició el nuevo expediente y «se aprobó por junta de gobierno el 28 de agosto».

El proceso siguió su curso y la mesa de contratación propuso, a principios de noviembre, adjudicar el servicio a una empresa, que no pudo acreditar que está facultada para el uso de productos fitosanitarios. Quedó excluida del proceso y demoró el proceso, proponiendo la adjudicación a la otra licitante, Tractaments Menorca SL. Ésta ha presentado toda la documentación requerida, «el día 7 finaliza el periodo de alegaciones y si no hay objeciones, el contrato se firmará enseguida».

La plaza quedó cerrada el jueves al detectarse la presencia de orugas y se ha reabierto este sábado.

El contrato es por cuatro años, incluye mejoras como la intervención sobre más  pinos (651, por los 564 de antes) y es por 237.281 euros, menos que los 291.800 euros de la licitación y que los 262.570 euros ofertados por la empresa excluida. A su vez, supone un aumento del 18 por ciento sobre el contrato anterior, de 200.618 euros.

El apunte

La hibernación de la oruga es cada vez más corta y deja antes el nido

Recuerdan cada año desde el Servicio de Sanidad Forestal de la Conselleria balear de Medio Ambiente, que las orugas nacen alrededor de noviembre e hibernan hasta febrero, durante los meses más fríos. No obstante, si las temperaturas no bajan lo suficiente, los insectos se alimentan más, crecen antes y anticipan su descenso. Es entonces cuando se forman las procesiones de orugas que dan nombre a la especie, y llegan a suelo firme para enterrarse y formar la crisálida. Es el momento más crítico para personas y animales al ser urticantes. Las orugas permanecen así hasta las habituales lluvias de agosto, momento en que emergen tras la eclosión, en forma de mariposas, para aparearse y engendrar una nueva generación de huevos.