El charcutero de Ca n’Aurèlia atiende a algunos clientes que se agolpan a las puertas de su establecimiento.    | Katerina Pu

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Con la Nochebuena ya encima, los menorquines se acercan en masa hasta los supermercados y mercados locales en busca de los últimos alimentos que les faltan para poder preparar unos deliciosos manjares con los cuales triunfar en estas fiestas. El Claustre del Carme, que reúne los principales puntos de venta de productos de proximidad de Maó y alrededores, se ha ido llenando de clientes la última semana, viviendo su punto más álgido en la mañana de ayer.

Un simple paseo basta para percatarse de que las carnicerías son el principal reclamo. Ayer se creaban colas de diez o incluso más clientes, lo cual provocaba que el pasillo que rodea Sa Plaça quedara totalmente bloqueado en ciertos momentos. «Hemos venido a recoger el encargo. Las manos de José nos dan muchas garantías y cada año confiamos en él», confiesa un matrimonio a las puertas de Ca’n Calucha, donde los dependientes trabajan a destajo para atender todas las comandas. La gran mayoría de ellas no son recados de última hora, sino pedidos hechos con hasta un mes de antelación. «Teníamos de plazo hasta el miércoles 18 para hacerlo», añaden.

La gran variedad de género en frutas, carne y pescado está respondiendo sin ningún problema a la demanda que se produce en las horas previas a la cena de Nochebuena. | Katerina Pu

Subida general

Además, así también hacen frente a la subida de precios. Según indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los precios de los productos navideños han subido un 7 por ciento respecto al año pasado. La organización denuncia que los consumidores «se enfrentan a las navidades más caras» desde que la entidad empezara a registrar datos en 2015. Por si fuera poco, señala que los precios de los productos navideños se han incrementado en un 12,3 por ciento respecto al que tenían fijado a finales del pasado mes de noviembre.

En otra de las carnicerías del Claustre, también admiten que la gente es «muy previsora», dejando el trabajo hecho con anticipación. En este sentido, lo más demandado son «pollos, capones, paletilla de cordero o preparados para caldo de Navidad». No obstante, el lechón vuelve a llevarse la palma como el producto más codiciado.

Papá Noel ofrece unos obsequios a un visitante del Claustre. | Katerina Pu

Si el año pasado su precio se elevó de los 75 a los 95 euros por pieza, estas Navidades continúa al alza, pero más o menos estable. Todos los comerciantes coinciden en que, de una forma u otra, los precios de los productos continúan ascendiendo de forma generalizada fruto de la crisis inflacionista. No se registra ninguna gran subida a causa de una posible falta de producción o suministro, lo que casa con los datos de OCU en los que se señala un encarecimiento moderado de las carnes.

Un año más, los mariscos y pescados son los que notan un mayor incremento. La importación de marisco gallego y otros pescados hasta la Isla trae consigo un coste añadido, tal y como destacan desde la Cofradía de Pescadores de Ciutadella y Sa Llotja de Maó. Asimismo, el precio del rape se mueve entre los 10 y los 15 euros, mientras que el de los calamares oscila entre los 18 y los 24 euros. Los percebes (78,4 por ciento), las almejas (53,1 por ciento) y la merluza al corte (32,8 por ciento) son los productos que han registrado una mayor subida en su precio respecto al mes de noviembre.

Los mariscos y pescados son los que notan un mayor incremento.| Katerina Pu

La piña, lo más buscado

Por último, las frutas y las verduras son las únicas que bajan o, en el mejor de los casos, se mantienen más moderadas.

Si el racimo de uvas era el bien más preciado en 2023 debido a su escasez, en 2024 la piña es la joya de la corona, tal y como aseguran en Fruits Andreu. Esta demanda coincide con una caída en su precio de hasta el 7,4 por ciento durante el mes de diciembre, convirtiendo a la piña en el alimento que ha registrado una mayor bajada, según los datos de OCU. La compra de fruta y otras verduras debe aplazarse a última hora para saborearla en su mejor momento, por lo que los consumidores no pueden ser tan previsores como con la carne.

El apunte

Asegurado el suministro de gambas pese a las restricciones

La gran controversia que ha suscitado el acuerdo alcanzado entre los ministros de Pesca de la Unión Europea, por el que se reducen los días para salir a faenar en el Mediterráneo, finalmente no ha impedido que los pescadores menorquines puedan capturar gambas rojas en los últimos días del año. La prohibición se levantó en el último momento a cambio de compensar las jornadas de trabajo de este año con las de 2025. Por lo tanto, las lonjas ofrecen estos días gamba roja de Menorca, aunque congelada. «Tenemos guardadas gambas nuestras, pescadas en los últimos días. Las vendemos congeladas por el parón navideño de las barcas», afirman desde Sa Llotja.

Las barcas del puerto de Maó no salieron a faenar este lunes, pero no fue debido al temporal de viento norte. En este caso, la llegada del mal tiempo coincide con el periodo de descanso que tiene estipulado el gremio en la zona de Llevant durante la última semana del año. «Normalmente solemos parar por Navidad. La idea es que pueda salir alguna barca a faenar el viernes si remite el mal tiempo. Si el lunes hubiese buen tiempo, pues también saldría», apuntan desde Sa Llotja.