«La esperanza cristiana nace del amor y se fundamenta en el amor que brota del corazón de Jesús traspasado en la cruz, porque los cristianos hemos de ser portadores de esperanza» afirmó el sacerdote trinitario Pedro Fernández Alejo en la segunda charla organizada por el Institut Diocesà de Teologia para este curso.
Responsable del área religiosa del departamento de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal Española, Fernández Alejo, explicó y argumentó la esperanza y el perdón desde el corazón de la cárcel. Conectó su intervención con el Jubileo de la Esperanza que se celebrará en 2025 en Roma. Proclamó que «la esperanza no puede defraudar al estar enraizada en la sensibilidad de cada persona, pero también experimentamos sentimientos contrapuestos, como el miedo y la desesperanza».
Dios, presente en la prisión
«Nuestro referente -subrayó- es Jesús, que tenía la capacidad de hacer soñar, humanizaba y dignificaba a todos». El responsable de Pastoral Penitencia en la CEE manifestó que «Dios está presente en la prisión, ya que la prisión es una escuela de esperanza».
«Lo más importante es acompañar a las personas que están presas con humildad, respeto y amor», dijo, y añadió: «en la prisión te sorprenden unas experiencias de Dios increíbles».
2 comentarios
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... recordemos, con los datos en la mano, que las estadísticas demuestran que hay un elevadísimo porcentaje de presos que son profundamente creyentes, mientras que los ateos son casi irrelevantes en los ratios de las prisiones... recordemos también la hipocresía de los grandes asesinos en serie o que han hecho crímenes abobinables, y al estar en el corredor de la muerte dicen ver la luz y se hacen supuestamente fervorosos creyentes... por un lado está la duda de si lo hacen por miedo a un futuro supuesto infierno, cosa que sería muy Pascal a la par que hipócrita, y por otro a ver si lo que buscan son beneficios penitenciarios o la fibra sensible de unos carceleros que también suelen ser creyentes, lo mismo que los políticos republicanos que les tenían que poner el pulgar hacia arriba o abajo en sus recursos y apelaciones... todo es de un interés que tira de espaldas... y la hipocresía más grande es que los creyentes aceptan con gusto que esos monstruos puedan -en realidad no porque no existe- acceder a un cielo con el resto de buenas personas que han tenido una vida intachable y se han esforzado en ser modélicos, cómo se sentirán al ver aparecer a uno de esos monstruos depravados que han abrazado la fe y se les han perdonado así sin más sus enorme pecados en un lapso de unos días... cosas de la religión, insondables misterios...
No sé yo cuan efectiva será. Entre los del otro bando que por no ser de los suyos ya nos desean la muerte. Y los que están de los nuestros, que son lo mejor de cada casa... Estamos apañados. No veo yo el actual sistema penitenciario que sea efectivo. Gente con 50 detenciones... Ánimo y suerte.