Cada vez hay más jóvenes que buscan una vivienda, mientras la oferta asequible escasea y la construcción se centra básicamente en atender la demanda de viviendas unifamiliares de alto ‘standing’.    | Gemma Andreu

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La población de Menorca crece a un ritmo de unas 1.500 personas al año y en los últimos siete, desde que se invirtió la tendencia a la baja provocada por la crisis inmobiliaria, la Isla ya ha ganado casi 10.500 habitantes, un crecimiento del 11,3 por ciento que no se ha detenido ni durante la pandemia y que viene a azuzar el grave problema habitacional. Cada vez hay más residentes compitiendo por la escasa oferta de vivienda accesible mientras el sector del ladrillo se viene alimentando    de un tiempo a esta parte básicamente de viviendas unifamiliares que están fuera del alcance de la gran mayoría.

Los datos de la Estadística Continua de Población que publica el INE revelan este año    un nuevo incremento del número de residentes en Menorca, que a 1 de octubre contabiliza 102.464 habitantes, tras ganar casi 1.400 respecto al año anterior. Ya es el séptimo ejercicio consecutivo en que las cifras de población aumentan y no es precisamente debido a un crecimiento vegetativo –que haya más nacimientos que defunciones–, sino a la llegada de gente de fuera que se afinca en los municipios de la Isla.

El dinamismo laboral que viene registrando Menorca en los últimos años, sobre todo por el empuje del sector turístico, parece estar motivando la llegada de mano de obra joven. Así se desprende del análisis de la evolución de la población por grupos de edad. Mientras el número de menores de 15 años sigue cayendo de forma alarmante, en el último año casi un dos por ciento y en los últimos siete un 12 por ciento; el de personas jóvenes –menos de 40– en edad de trabajar ha crecido más de un dos por ciento respecto al año pasado y casi un once desde el año 2017, tomado aquí de referencia porque marca un punto de inflexión hacia el crecimiento en la serie histórica. También se notan los efectos del envejecimiento de la población residente. En el último año el recuento de personas mayores de 65 años ha crecido más de un tres por ciento. En los últimos siete el repunte es muy llamativo, de más del 23 por ciento.

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El número de residentes jóvenes en edad de trabajar, hasta los 40 años, se incrementa en los últimos años a un ritmo casi tres veces superior al de los trabajadores de entre 40 y 65, a pesar de ser los hijos del baby boom. El de joven trabajador es un perfil de población con especial necesidad de acceder a viviendas asequibles. El problema es que el mercado inmobiliario no les ofrece muchas soluciones. El precio de las viviendas existentes, tanto en el mercado de alquiler, como en el de compra, se ha disparado y las nuevas construcciones se han centrado en los últimos años en las vivienda unifamiliares.

Menos pisos

La construcción de bloques de pisos de al menos tres vecinos se ha desplomado respecto a los años de la burbuja inmobiliaria, la última época en que la población de Menorca mostraba esta tendencia continua al crecimiento. Sirva de ejemplo un dato de las estadísticas de la delegación menorquina del Col·legi Oficial d’Arquitectes de les Illes Balears. Al cierre del año 2023 solo se construyeron 55 pisos en edificios plurifamiliares, mientras que el balance de viviendas unifamiliares fue de 106, casi el doble. En las postrimerías del boom inmobiliario, año 2007, antes de que el sector de la construcción se hundiera y cuando la población de Menorca crecía a un ritmo anual de unas 2.500 personas, se construyeron 1.350 viviendas en edificios plurifamiliares, mientras que el balance de la construcción de casas para una sola familia fue de    casi 180.

El Censo de Población y Viviendas del Instituto Nacional de Estadística, publicado el año pasado con 2021 como ejercicio de referencia, da algunas claves para explicar la escasez de oferta de viviendas asequibles en el mercado inmobiliario menorquín. Este análisis concienzudo de la tipología de casas construidas y el uso que se les da, que se publica cada diez años, muestra cambios muy significativos respecto al año 2011. Por ejemplo, el número de viviendas utilizadas como segunda residencia fue en 2021 de 22.904. Diez años atrás eran menos de la mitad, 10.171. El número de viviendas que se consideran no habitadas era entonces de 5.200; una década después ya son cerca de 9.000.

El apunte

El envejecimiento en un dato: 116 más mayores de 85 en solo un año

El envejecimiento de la población que está viviendo la Isla, como    el resto de España, se puede resumir en un dato. En un solo año el número de personas mayores de 85 años se ha incrementado en 116 y ya son más de 2.500. Es el grupo de edad que más ha crecido, casi un cinco por ciento, desde 2023. En el otro lado de la balanza se observa como un año más cae el número de niños y adolescentes. Hay 244 menores de 15 años menos que hace un año, una caía de casi un dos por ciento.