Un perito de la Policía Nacional realiza una prueba a un alijo de cocaína. | EFE/Mario López

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La demanda de tratamiento de personas adictas a la cocaína que se pusieron en manos de los profesionales de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) del Consell experimentó un notable crecimiento de hasta el 20 por ciento durante al año anterior, según la memoria de actividades preventivas y asistenciales de este servicio adscrito a la Dirección Insular de Atención Social, del Consell a la que ha tenido acceso este diario.

Durante el pasado ejercicio estuvieron en alguno de los programas que promueve la UCA un total de 429 personas con distintas adicciones, de las que 79 lo hicieron por su dependencia de la cocaína, frente a las 63 del año anterior. Suponen, por tanto, casi el 24 por ciento de las demandas que se reciben en las oficinas de este servicio de atención, distribuidas en Maó y Ciutadella.

El consumo de esta fuerte droga estimulante es una lacra endémica no solo en la Isla sino en todo el país, como señala el director insular de Atención Social, Daniel García del Mar, en relación a este notable crecimiento. «Lamentablemente hay gente que no detecta el problema que realmente tiene con la cocaína porque lo normaliza en lugar de tratar de atajarlo», explica.   

Tratamientos de la UCA

La adicción exclusiva al alcohol continúa siendo la más extendida, un año más, entre las demandas para tratamientos de la UCA, con un 26,71 por ciento del total de atendidos, pero se redujo 8 puntos en comparación a los que había en 2022. Este descenso se interpreta, en parte, como una consecuencia de las decididas campañas contra el consumo de alcohol en las fiestas patronales, entre otras iniciativas, que ha promovido el área de Bienestar Social del Consell en el último año.

Otra cifra que se relaciona con este descenso en la adicción al alcohol es que a lo largo de 2023 no hubo ni un solo menor de edad entre las 161 personas que acudieron en busca de ayuda por primera vez a este servicio del Consell, o bien que volvían a hacerlo por recaídas después de un plazo mínimo de seis meses de su última presencia. Entre los 429 usuarios reseñados el año pasado sí aparecen 9  menores de edad en algunos de los programas de tratamiento que se ofrecen. Se mantiene la mayoría de usuarios hombres (322) frente a mujeres (98).

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Las adicciones a los estimulantes, entendidos estos como la cocaína, el binomio alcohol-cocaína y otros de estos estimulantes en el mercado copan la demanda de los tratamientos puesto que suman entre ellas el 42,3 por ciento.

La inmensa mayoría de los drogodependientes tienen el alcohol entre las sustancias que consumen, además de la cocaína y los estimulantes.

La adicción a los opiáceos es la tercera que genera más peticiones de ayuda, con un 11,8 por ciento, seguida por la del cannabis, que llega al 9,3 y la relativa al juego patológico, que se sitúa en el 8 por ciento. La relacionada con el juego ha crecido tres puntos porcentuales en un año, pasando del 5 al 8 por ciento del global.

La memoria anual de la UCA señala que entre los usuarios de sus programas más del 61 por ciento son menorquines residentes, mientras que algo más del 20 por ciento lo son nacidos en otros puntos de la geografía nacional, y casi el 11 por ciento, de países no comunitarios.

De 99 a 138 familias

El dato más significativo del balance es el auge del número de familias que pasaron por la UCA para interesarse por los tratamientos que se ofrecen y obtener orientación y soporte para iniciar un seguimiento biopsicosocial, detectar los factores de riesgo del entorno y buscar cómo combatirlos. Si en 2022 fueron 99 las familias que acudieron, al año siguiente llegaron a las 138.

La mayor sensibilidad hacia la salud mental que existe hoy en día, especialmente después de la pandemia, hace que las familias estén más preocupadas, conscientes de que las adicciones a las drogas pueden derivar en problemas de enfermedades mentales.

Las claves
  1. Hombre menorquín, con trabajo estable, de entre 30 y 49 años de edad

    Es el perfil del usuario de la Unidad de Conductas Adictivas que más se repite. El 61 por ciento de los 429 del año pasado eran menorquines, y 86 de los usuarios están comprendidas en la franja de edad de los 30 a los 49 años, frente a los 36, de 50 a 64 años.

  2. 32 reclusos han participado en algún programa de la UCA

    Un total de 32 reclusos, entre ellos una mujer, participaron en alguno de los programas de la UCA contra las adicciones en 2023. Se valora su demanda y se les hace un seguimiento psicosocial de su proceso de desintoxicación en coordinación con el centro penitenciario.

  3. Más de la mitad de los usuarios tienen trabajo fijo o temporal

    Entre los usuarios, los trabajadores fijos suponen algo más del 25 por ciento, mientras que el 21 tienen contrato temporal de temporada y un 7 por ciento son autónomos. Quiere decir que algo más del 53 por ciento de los que iniciaron tratamiento el año pasado tenían empleo.