La fuente pública situada en una calle peatonal de Maó | Gemma Andreu

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Salvo la fuente de ósmosis inversa habilitada en el edificio Calàbria en 2019, el resto de la red pública no dispone de este sistema, pese a que se anunció como una de las acciones del Plan de Acción de la Agenda Urbana para reducir el consumo de agua embotellada y por tanto, de plásticos.

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Hasta este diario han llegado quejas de que otras fuentes del municipio siguen funcionando pese al aviso de que el agua no es potable y sin ningún cartel que advierta a los usuarios de que no es agua apta para el consumo.

Muchos turistas siguen llenando botellas en las fuentes más céntricas, desconocedores de la nueva situación creada por los fallos en la planta desnitrificadora.