El empleado encargado de llevar a cabo esas tareas es el concierge Llaves de Oro, un perfil de élite dentro de los concierges y los conserjes que cuenta con la responsabilidad de llevar a cabo unas tareas más personalizadas y exquisitas antes y durante la estancia de los huéspedes. «Sería algo así como ejercer de embajador del destino y del hotel», asevera Marc Garrido, el único menorquín con la distinción de concierge Llaves de Oro en la Isla y que en la actualidad trabaja en el Hotel Faustino Gran de Ciutadella.
Formación y trayectoria
A los 23 años, el ciutadellenc entraba a trabajar en el hotel con las funciones de chófer y botones. Una década después cuenta con la distinción de concierge tras haber pasado por un exhaustivo proceso de formación. «No conocía nada acerca de esta profesión. Todo empezó en 2019 gracias a Ignacio Centroni, mi actual compañero de conserjería. Él fue quien me enseñó todo», explica sobre su compañero argentino con cerca de 20 años de experiencia en el oficio de concierge.
Ambos presentaron un proyecto a la dirección del hotel con el cual pretendían potenciar la conserjería del hotel, totalmente diferenciada de la recepción, de cara a futuras temporadas. «Empezamos siendo solo él y yo en 2020 y 2021, pero este año ya hemos sido un equipo de nueve, y el próximo lo ampliaremos a doce o quince miembros», comenta sobre el éxito de la iniciativa. «Los hoteles están apostando muy fuerte por esto porque al final estás promocionando tu producto local a tope», afirma.
En estos momentos, la plantilla cuenta con los jóvenes Adrià y Luca, quienes aspiran a convertirse en los próximos concierges menorquines Llaves de Oro siguiendo los pasos que en su día dio el propio Marc Garrido. «Se requiere una estancia mínima de cinco años en el departamento de Front Office —estructura encargada de interactuar de manera directa con el cliente—, dos de ellos amparado bajo un contrato de conserje. A partir de ahí, este conserje pasa a ser miembro afiliado y necesita dos padrinos que le abran las puertas de la organización Llaves de Oro. Tras un mínimo de seis meses en ese proceso de afiliación, este se expone a una evaluación continua para comprobar que cumple los requisitos pertinentes a la perfección», desarrolla Garrido sobre este complejo y exigente proceso.
Experiencias de todo tipo
Durante este tiempo, Marc ha podido vivir anécdotas inverosímiles con los clientes. «He llegado a organizar una cena en la otra punta de la Isla para unos huéspedes llegados del otro lado del mundo y gestionar el sistema de vigilancia de su casa en su país de origen porque una de las alarmas había saltado durante la cena», reconoce Garrido.
El apunte
La Isla acoge por primera vez el encuentro Llaves de Oro
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