La peligrosidad aumenta para los peatones a la hora de cruzar ante la avalancha de vehículos. Además, cuando un vehículo se para en uno de los giros habilitados a lo largo de la avenida, se pueden formar grandes colas hasta que por fin logra cambiar de sentido.  | Katerina Pu

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La Avinguda de sa Pau es la arteria de Sant Lluís, una vía interurbana que discurre por suelo urbano dividiendo el pueblo en dos y conectando las urbanizaciones de su costa con el núcleo y el resto de la Isla.

Si a esto se le añade que las calas de Binibèquer, Punta Prima, Alcalfar o S’Algar, entre otras, son de las más visitadas por los turistas a causa de su amplia planta hotelera y de viviendas vacacionales, al final se acaba originando una carretera que contabiliza una media diaria de vehículos más propia de una autovía: 25.470 vehículos al día en agosto de 2023. Esto la convierte en la vía que más volumen de tráfico registra en toda Menorca. En el mismo mes del año anterior, la Ronda de Maó registraba 2.319 vehículos diarios menos. Incluso, el punto kilométrico 40 de la Me-1, el más concurrido de la carretera general,  registraba 1.193 menos en agosto del año pasado.

Tal concentración de vehículos a lo largo del día genera una serie de molestias y ruidos permanentes en los vecinos y comerciantes de la zona. Estefanía Seguí, quien regenta la panadería Forn Ca’n Paco, reconoce que durante el período estival se llega a tal punto que se ven obligados a «elevar el tono de voz» más de lo normal durante sus conversaciones para poder comunicarse con sus empleados y clientes. La mayoría de vecinos ya lo ven como algo adherido a su rutina. «Hay que asumir eso, no va a cambiar», indica un vecino resignado, reconociendo la dificultad que existe para trazar una carretera alternativa que desvíe el tráfico.

Alguna vez se llegó a plantear esta posibilidad, trazando una vía que bordease el núcleo desde la entrada del polígono industrial hasta s’Ullastrar. «Eso implicaría una recalificación de los terrenos, una serie de expropiaciones, cambiar el sentido de la expansión del pueblo, que ahora se orienta a Pou Nou... sería una obra faraónica», asevera el regidor del área de Movilidad, Jorge de Diego.

Próximamente empezarán las obras para construir una rotonda delante de la gasolinera | Josep Bagur Gomila

Problemas para autobuses

Los vehículos particulares de residentes y visitantes de las urbanizaciones costeras no son los únicos que necesitan pasar por la abarrotada Avinguda de sa Pau. «El problema lo sufren sobre todo los autobuses, que se encuentran muchas veces a coches estacionados en las paradas», advierte la propia Estefanía Seguí.

Los camiones y los autobuses también transitan por la vía, ya sea para descargar mercancía o pasajeros en el propio pueblo o en las áreas de costa. El hecho de encontrarse a vehículos estacionados en las paradas, ya sea de bus o de carga y descarga, acaba ralentizando aún más todavía la circulación: los buses y camiones deben esperar a que los dueños de los vehículos que ocupan su plaza la abandonen.

Rediseño de un plan de 2013

El Ayuntamiento de Sant Lluís conoce la difícil situación de la principal calle, junto al Cós, de su pueblo. El departamento de Movilidad está trabajando en una batería de medidas a corto-medio plazo para mejorar tanto la velocidad como la fluidez de los vehículos a su paso por la Avinguda de sa Pau, donde están instalados dos radares pedagógicos desde junio de 2021.

La medida más inmediata se centra en la implantación de una rotonda delante de la estación de servicio del pueblo, ubicada en la entrada de la avenida. «Tenemos todo preparado, tan solo nos falta la luz verde del Consell para sacar las obras a licitación», expresa el concejal sobre un punto muy conflictivo a la hora de cambiar de sentido.

La segunda, que aún están proyectando los servicios técnicos del Consistorio, se centra en la construcción de dos mini-rotondas en el cruce que une la calle Duc de Crillon con la calle S’Auba y el de la calle Sant Antoni con la calle Estrelles, que sirve como entrada de Pou Nou.

Esta intervención rescataría un plan ideado en 2013, aunque reduciendo las dimensiones previstas para que las glorietas sean remontables y así facilitar el paso de los autocares. Además, no se tocarían ni los pluviales ni las aceras, abaratando los costes de una actuación que moderaría la velocidad y otorgaría fluidez al tráfico permitiendo una incorporación más sencilla desde otras calles.

«A las dos mitades del pueblo les cuesta mucho incorporarse a la vía de lo saturada que va. Uno se puede pasar fácilmente tres minutos esperando a pasar. Eso no ocurre ni en los semáforos con mayor tiempo de espera en Madrid o Barcelona», apunta el jefe de policía, Isaías Sánchez.

El apunte

Encontrar una plaza de aparcamiento, un auténtico reto diario para los vecinos

Si    salir o entrar de la Avinguda de sa Pau ya es una tarea complicada,    encontrar aparcamiento, ya sea en la misma avenida o en los alrededores, lo es aún más. «Tengo que aparcar en la otra punta del pueblo», comenta un residente. Uno se puede recorrer toda la avenida —algún vecino reconoce haber llegado a tardar hasta 20 minutos— intentando encontrar sitio para aparcar. El parking de Sa Sínia en la entrada de Pou Nou está ahora en obras por la construcción de unos pisos, así que esas plazas se han perdido. No obstante, está previsto construir otro de unas 40 plazas justo al lado, entre las naves y dichos pisos. A su vez, se creará una bolsa de aparcamiento en Dalt Son Perruquet de aproximadamente 60 plazas. El parking de Sa Tanca deberá esperar al requerir financiación externa.

El hasta ahora parking de Sa Sínia. | Josep Bagur Gomila