Vecinos de Es Mercadal, ayudados por voluntarios, retiran enseres de las casas inundadas. | Katerina Pu

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Esas imágenes que son recurrentes en informativos nacionales e internacionales tras la irrupción de fenómenos atmosféricos naturales se hicieron visibles este jueves en Es Mercadal, zona cero junto a Es Plans, de la depresión aislada en niveles altos (DANA) que el jueves por la tarde inundó el centro de la Isla.

Escombros, escobas, rastrillos y contenedores para arrojar tristemente a la basura los restos de muebles y objetos echados a perder por el líquido elemento y lo que este arrastraba se mezclaban con los vecinos del torrente que pasa por Es Mercadal, empleados en alejar el fango que dejó la tromba desbordada del viejo canal.

«Fue como un tsunami que derribó la puerta e invadió mi casa», resumía Ester Pujol, una de las afectadas. Fueron casi 200 litros por metro cuadrado los que cayeron en pocas horas, lo nunca visto, comentaba un lugareño octogenario.

Vecinos de Es Mercadal vaciando las casas inundadas junto al torrente. | Katerina Pu
Visita de autoridades este viernes al torrente de Es Mercadal. | Gemma Andreu

La DANA conduce -debe conducir- a la declaración de zona catastrófica para que el gobierno central preste el apoyo extraordinario a los bienes afectados, públicos y privados por esta causa. Tres puentes del torrente de Es Mercadal deteriorados, el césped artificial del campo de fútbol destrozado, pistas de pádel y tenis, gravemente afectadas, la terraza de la escoleta inundada, tramos de asfalto levantados en caminos que pasan por la carretera de Tramuntana, lo mismo que en la de Torre-solí, que permanece cortada, además de las pérdidas evidentes en domicilios particulares han sido el legado principal de la tormenta colosal.

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Las 16 personas rescatadas por la Guardia Civil en helicóptero, residentes en tres casas del Es Plans, aún no habían podido regresar a primera hora de la tarde de ayer a sus casas. Los daños en esas segundas residencias, en la mayoría de los casos, también serán cuantiosos.

Equipos de limpieza retirando el barro este viernes en las calles de Es Mercadal. | Gemma Andreu

El presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, junto a la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, el alcalde, Joan Palliser, la directora insular, Isabel López, Juan Manuel Lafuente y Alejandro Sáenz de San Pedro, consellers del Govern, entre otros políticos insulares y nacionales, fueron testigos del día después en las dos poblaciones afectadas. Más tarde, la comitiva visitó el Ayuntamiento de Alaior para entrevistarse con el alcalde, José Luis Benejam.

Asfalto levantado en la carretera de Torre-solí.| Katerina Pu

Vilafranca habló de «daños materiales cuantiosos» por la virulencia de la tormenta, «más de la prevista», dijo, y subrayó que el trabajo ahora pasa por hacer inventario y cuantificar destrozos para pedir la declaración de zona catastrófica al Estado, a través de la Dirección Insular, y reclamar ayudas al Govern. Desde el Consell anunció que ya se plantea una línea de ayudas a los ayuntamientos afectados.

La ministra Ribera, con segunda residencia en Es Mercadal, opinó que la población había sido cuidadosa y prudente, admitió que «habrá que pensar anticipadamente sobre la solvencia de las infraestructuras» ante el tamaño de los fenómenos que suceden. Aseguró estar en contacto con el presidente del gobierno y el ministro del Interior, «la afectación ha sido cuantiosa, y aunque no se puede prejuzgar, es más que probable que vaya al Consejo de Ministros», en alusión a la posible declaración de zona catastrófica.

El conseller del Ciclo del Agua, Juan Manuel Lafuente, defendió, pese a todo, la inversión de 2 millones de euros en limpieza de torrentes de Balears y anunció otra de 7 millones para modernizar la depuradora de Es Mercadal «que contribuirá a mejorar las infraestructuras».

El apunte

La intervención de la Guardia Civil evitó que la tormenta colosal acabara con víctimas

Todos los políticos pusieron en valor el trabajo de los servicios de emergencias, protección civil, policías locales, Cruz Roja... pero especialmente decisiva fue la intervención de la Guardia Civil. Los cuatro guardias del  Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM), desplazados en helicóptero desde Palma, fueron la clave para conseguir que los daños fueran solo materiales.

«Fue complicado y muy laborioso porque había riesgo de otra crecida, el agua podía colapsar los techos donde las personas aguardaban a ser rescatadas, y disponíamos de poco tiempo porque se hacía de noche», explicó a este diario, Juan Carlos Castilla, uno de los cuatro especialistas.

Rescataron a 16 personas -9 menores de edad-, y 5 mascotas, distribuidas en tres casas en Es Plans, tras ser activados por Emergencias. Los bomberos habían intentado llegar por tierra pero había resultado imposible.

Juan Francisco Torres, capitán de la Benemérita en la Isla, indicó que fueron 30 los guardias desplegados, «algunos tenían libre y se presentaron voluntarios». Los momentos más críticos fueron «los rescates por las condiciones y la oscuridad que caía, y la intervención en el Geriátrico de Alaior», resumió.