El exlíder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona Ernest Maragall. | DAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESS

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El exlíder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona y exconseller de la Generalitat de Catalunya, Ernest Maragall ha anunciado este lunes que se ha dado de baja como afiliado de ERC a causa de cómo el partido ha gestionado la crisis de los carteles denigratorios sobre el alzhéimer contra él y su hermano Pasqual, tras revelarse que surgieron de las filas de la propia formación. «No puedo permanecer callado ante todo esto, y menos aún que alguien confunda silencia con conformidad o complicidad», ha declarado.

Maragall rompe con el partido el mismo día que este diario haya revelado por primera vez la versión del principal acusado por estos hechos, el ya exjefe de comunicación de ERC, el periodista menorquín Tolo Moya, y en la que asegura que él no es nada más que el cabeza de turco, para que el asunto no salpicara al que hasta hace pocas semanas era viceconseller de Estrategia y Comunicación del gobierno catalán, Sergi Sabrià.

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Maragall ha anunciado que se da de baja de ERC en una rueda de prensa la tarde de este lunes ofrecida desde la sede del partido, pero sin estar arropado por la dirección del partido. Ha reiterado la «vergüenza» y el «horror» que le ha generado esta operación, de la que ha responsabilizado nuevamente ya sea por «acción, omisión o descontrol» al entonces director de comunicación, Tolo Moya, aunque sin citarlo explícitamente, pero si apuntando al departamento de Comunicación del partido. En este sentido, cabe destacar que el menorquín defiende que los carteles los realizaron y colgaron durante la campaña electoral un grupo de jóvenes vinculado al partido, pero que funcionan de manera independiente. Y que fue cuando se destapó el caso cuando la dirección del partido decidió que tenía que ser Moya el que asumiera las consecuencias de estos hechos. Moya y el pasado jueves fue despedido.

El que fue el cabeza de lista de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona en las pasadas elecciones no ha querido hacer sangre contra la dirección del partido, pero sí que recordado que «siguen abiertos aspectos pendientes» para aclarar. Asimismo ha lamentado que la dirección de ERC le haya faltado «máxima ejemplaridad para legar hasta el final con más rapidez».