El hotel Villa Le Blanc de Sant Tomàs, uno de los más lujosos de la Isla | Gemma Andreu

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Las fuertes inversiones que ha realizado el sector en la mejora de la planta hotelera han favorecido el incremento de los precios hoteleros en los últimos años. Otros factores como la inflación y el repunte de la demanda por el destino también han contribuido a una tendencia reflejada en las estadísticas. La tarifa media diaria de los establecimientos hoteleros se situó en el último año completo, 2023, en 145,4 euros. 55,9 euros más que en el balance del año 2014, un aumento relativo del 62,4 por ciento, el más alto de los registrados en el conjunto de Balears, aunque Menorca sigue siendo la isla más barata.

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Todavía más llamativa es la evolución que ha seguido el principal indicador de la rentabilidad hotelera, el llamado RevPar, los ingresos por habitación disponible. El año 2014 se saldó con una cifra media de 64,4 euros, mientras que el año 2023 finalizó con un saldo de 113,7 euros, un incremento del 76,5 por ciento.

Obviamente, el esfuerzo inversor por subir de categoría un hotel va acompañado de un incremento de las tarifas, que son muy variables en función del mes del año. Tomando como ejemplo el mes de agosto, el de mayor actividad turística, el año pasado los hoteles de tres estrellas tenían una tarifa media de 175,4 euros por habitación. Los de cuatro estrellas cobraron de media 202,4 euros. El número todavía reducido de establecimientos de cinco estrellas hace que, por falta de un muestreo suficiente, no se pueda conocer el precio medio de este tipo de hoteles. Para hacerse una idea, valgan los 681 euros que como mínimo hay que pagar por pasar una noche de agosto en el Villa Le Blanc de Sant Tomàs.