El caso de Can Pota es una muestra de las dificultades que arrastra el sector de la restauración de Menorca para completar sus plantillas, un problema que cada año se agrava y que está obligando a algunos negocios a reducir horarios y servicios.
Sin vocación
Entre los motivos de las dificultades para encontrar personal, desde Can Pota destacan la falta de vocación de los jóvenes, que rehúyen los trabajos en la hostelería, especialmente en los puestos de cara al público, y buscan otro tipo de empleos. «La gente joven está claro que no quiere trabajar en la restauración, porque estar de cara al público es muy complicado, y prefieren irse a otros sitios», afirma Pereira, quien asegura que «los tiempos están cambiando y esto está afectando mucho a los restauradores».
Además, Pereria señala que los clientes cada vez muestran peores modales, por lo que el trato con ellos se ha hecho más difícil, lo que provoca que algunas personas acaben renunciando al puesto. «El público ahora viene muy bronco, y creen que por gastarse 30 euros por persona pueden hacer lo que quieran, y esto antes no pasaba. El otro día, por ejemplo, vino una pareja con dos niños pequeños y me lo dejaron todo que era para hacer una foto», enfatiza. De todos modos, el propietario de Can Pota subraya que «un chico de 18 años con ganas de trabajar puede cobrar una nómina de 1.700 euros por convenio, trabajando 8 horas».
Falta de alojamiento
Otro de los factores que influyen en la confección de las plantillas es el problema del acceso a la vivienda en la Isla, con alquileres disparados y oferta cada vez más escasa, que está complicando la llegada de los trabajadores de temporada de la Península. En este sentido, Pereira reconoce que la dificultad para encontrar alojamiento es parte del problema, aunque cree que los trabajadores han perdido espíritu de sacrificio. «Lo que pasa es que la gente que viene de temporada lo quiere ahorrar todo, y hay que darles el uniforme, la comida y lo que cobran lo quieren todo limpio, y esto tampoco tendría que ser así», asevera.
Por todo ello, desde Can Pota advierten que el día que se jubilen los trabajadores más veteranos del sector, será todavía más difícil cubrir muchos de los puestos, y entonces «habrá que tomar medidas de verdad».
«Yo ya tengo 62 años y no puedo trabajar 18 horas seguidas como hacía antes, pero me sabe muy mal por toda la gente de fuera de la Isla, de sitios como Bilbao o Madrid, que ahora se quedarán sin poder cenar en mi casa», lamenta.
El apunte
La patronal del sector apunta a la escasez de vivienda y a la baja motivación
49 comentarios
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Que quiten 300€ al vago de turno y se los den por ley al currante. Arreglado
Los chavales de ahora quieren los findes libres,se sacan un grado superior o medio para hacerse funcionarios no quieren ir al sector privado para nada , trabajo en una empresa privada y la mayoría somos gente que ya pasamos de los 45 años,no quieren trabajar y punto
Detritus De LimónSerás tu que te lo "comes todo"... no todos queremos TODO y menos a cualquier precio, algunos tenemos prioridades y la entrada de gente masivamente no nos trae más que la ruina a corto plazo.
Hasta aquíUps, ja t'ha sortit sa vena d'extrema esquerra...
TORPEDOSi se limita la compra al francés el problema está solucionado. Mira si es fácil. Y tampoco seríamos los primeros.
Como no se haga algo con el tema de la vivienda van a cerrar muchos restaurantes. Es el sector que más lo va a pagar. Antes era muy rentable venirse desde la península a trabajar aquí porque el sueldo cundía. Ahora ya no se cobra más que en otros lugares como Andalucía, comunidad desde donde venían más trabajadores temporales, y sumado al problema de la vivienda nos encontramos que no tenemos mano de obra. Pero eh, que luego no queremos forasters. Somos una isla donde lo queremos todo pero no queremos nada.
¿Que no hay trabajadores ???? Cuántos miles cobran mensualmente paros y ayuditas y comosellamen y bonos y jubilaciones y pensiones y cupones y medicamentos y atención médica y ... Tanto reciben sin trabajar que para qué sudar por unos euros más. Una pareja a régimen de paro se embolsilla suficientes regalitos para no molestarse en buscar dónde trabajar. Poltrona y tele. Si hay trabajadores, si acaso se les puede llamar así a quienes no quieren trabajar.
favarixtVaya forma de juzgar a los que crean empresas y puestos de trabajo
Me gustaría que los sindicatos dijeran algo sobre este problema
Hasta aquíY tú te crees que un camarero puede comprar la casa que compra el francés? La culpa es del menorquin que pone un precio desorbitado y es el que se queja de que el obrero no encuentra vivienda. Cristina Gómez de Podemos os lo arreglará