Mabel, junto a un resumen esquemático de su Trabajo de Fin de Grado.

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Tras estudiar un Grado Superior en Dietética en Alaior, se lanzó con todo a por la carrera de Microbiología, un grado que en España se oferta únicamente en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

Cuatro años después, Mabel Guerra Riera da por finalizada esta etapa habiendo obtenido una matrícula de honor en su TFG (Trabajo de Fin de Grado) con una calificación de 9,8. Todo un hito.

¿Se esperaba acabar con una nota tan alta?

—Pues la verdad es que no, pero estoy supercontenta. A nivel estudiantil siempre lo he dejado todo un poco para el último momento, pero al final era un tema que a mí me gustaba mucho.

El TFG es un trabajo que te va a acompañar durante seis meses, así que es mejor elegir algo que te haga ilusión y que conozcas mínimamente porque a la hora de leer diferentes artículos científicos resulta más sencillo entender la información y enfocar el tema correctamente.

El hecho de tener varias reuniones durante todos estos meses te hace ir un poco al día, porque tienes que presentar algo nuevo en cada una de ellas.

Remontándonos al origen de todo, ¿por qué decidió estudiar Microbiología?

—Al principio no lo tenía nada claro. Una vez acabé el Bachillerato, mi idea era hacer Biotecnología, pero claro, mi nota se quedó muy baja porque me fue mal en Selectividad.

Al final me decanté por inscribirme en un grado superior para subir esta nota y adquirir mayores conocimientos generales. Acabé optando por el grado en Dietética en Alaior, en el que cursé una asignatura llamada Microbiología de los Alimentos. Lo cierto es que me gustó mucho y se me daba bien, así que me puse a buscar si existía alguna carrera relacionada con la microbiología. Vi que se podía hacer y dije ‘va, voy a por ello’.

¿Tan solo se puede estudiar en una universidad?

—Empezó siendo Biología hace muchos años y poco a poco esta rama se ha ido separando. Así es que ahora mismo existen varias carreras como Bioquímica, Biotecnología... y hace poco salió la de Microbiología.

De momento tan solo se oferta en la Universitat Autònoma de Barcelona, aunque no sé si a lo mejor también se da en alguna universidad privada. Tal vez en Madrid, pero creo que sería en un doble grado. En la pública es seguro que tan solo está en la UAB.

Habiendo entrado en Microbiología a través de Dietética... imagino que su TFG tenía algo que ver con este último.

—Sí, quería hacerlo con algo relacionado con la dieta. También viendo la gran cantidad de casos de depresión que están saliendo a la luz a nivel mundial estos últimos años, sobre todo en la población joven, quise relacionar la salud mental con la dieta que puede llevar a cabo una persona, enfocándolo en una parte del cuerpo que es la microbiota intestinal.

¿Qué hace tan especiales a estas bacterias?

—Lo más importante es su función, porque actúan como un segundo cerebro. De hecho, la microbiota intestinal está conectada en todo momento al cerebro. En definitiva, son bacterias que tenemos en el intestino que tienen funciones superbeneficiosas para nuestra salud.

Por ejemplo, a la hora de comer hay ciertos alimentos que los digiere la microbiota. Sería el caso de la fibra. Es muy importante porque gracias a la microbiota se descomponen otros elementos muy diversos, siendo uno de ellos muy importante porque afecta directamente a nuestra salud.

Después de este gran logro, ¿cuál sería su siguiente paso?, ¿se plantea hacer un máster?

—Es una opción que todavía no he contemplado, porque si hago un máster quiero que sea algo que me guste de verdad y no algo que haya cogido al tuntún.

En octubre y noviembre haré las prácticas en el ‘Mateu Orfila’ y luego me gustaría encontrar ya trabajo de lo que he estudiado.

¿Hay alguna posibilidad de que sea en Menorca?

—Es lo que me gustaría, pero es bastante complicado porque hay pocas ofertas y no sé si me vería trabajando en el hospital.   

Sé que hay varios laboratorios en la Isla que se dedican a esto, pero no sé si realmente buscan a gente. Sino siempre está la opción de marcharme a otro lado, Barcelona o Mallorca, por ejemplo, o estudiar un máster, o incluso irme al extranjero.

¿Y en qué especialidad le gustaría trabajar?

—Bueno, no lo tengo muy claro, pero los laboratorios en los que realizan inspecciones de sanidad, lo que serían las auditorías de restaurantes, me llaman la atención. Hay que hacer oposiciones, cada año tienes que estudiar nuevas normativas, pero no me importaría trabajar en un laboratorio donde hagan auditorías.