Un trabajador arregla una fachada en la estrecha calle. | Gemma Andreu

TW
7

Los restaurantes y los comercios situados en la calle Alaior de Maó han notado una bajada de ventas debido a las obras de mejora que se realizan en un edificio cuya fachada da a esta estrecha y pintoresca vía del centro de la ciudad. La maquinaria utilizada para la rehabilitación ocupa la calle por completo y obliga a cerrar el tránsito, lo que está dejando sin clientes a estos negocios. Y así llevan casi una semana.

Los empresarios se quejan de que las obras se lleven a cabo en plena temporada turística, «son los tres meses más importantes del año para nosotros», explica uno de los comerciantes que, como el resto, ha visto un notable descenso de caja. «Normalmente, hay mucha gente de paso que entra, pero desde que empezó la obra han entrado cero personas», se queja.

La calle Alaior está situada entre la calle Hannover o Costa de sa Plaça y la Plaça Bastió. Es una de esas callejuelas que atraen a los turistas y que en los últimos años, gracias precisamente a una oferta comercial diferenciada, ha ganado mucho encanto.

El flujo natural de los viandantes hace que, al descender o subir por la calle Hannover los turistas se sientan atraídos por este pasaje y lo crucen, una movilidad que ahora se ha cortado afectando a los negocios. Estos días los trabajadores apartan la máquina cuando acaban la jornada, a partir de las 15 horas, pero queda un espacio muy reducido para poder pasar, «apenas un metro», señalan los empresarios, «además también hay materiales y escombros», lo que afecta la imagen de la calle, inhabilitada durante toda la mañana.

Todos los dueños de tiendas en la zona repiten la misma opinión, y es que no entienden por qué el Consistorio autoriza este tipo de trabajos en el momento de máxima actividad, el inicio de la temporada, cuando consideran que sería más razonable hacerlos en el invierno. Las obras tampoco hacen apetecible a los posibles clientes sentarse en las pequeñas terrazas de los restaurantes de esta calle.

El apunte

«Si está cortado los turistas no van a dar la vuelta, pasan de largo»

En las vallas colocadas para señalizar la obra y el corte de la calle se indican vías alternativas para acceder a la misma, como son las calles Alba y Bastió. Pero esto para los comerciantes, que ya presentaron sus quejas al Ayuntamiento antes de denunciar públicamente la situación, no es eficaz. «Si está cortado, los turistas no van a dar la vuelta, sino que pasan de largo», explica la dueña de una tienda afectada.