Durante su paso por Menorca, Khaldun Almassri visitó la redacción de «Es Diari». | Gemma Andreu

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Khaldun Almassri ostenta el cargo de primer secretario de la Misión Diplomática de Palestina en España desde 2018. Este lunes visitó Menorca para ofrecer una charla sobre la situación de su país, invitado por el colectivo Acció Ciutadana d’Alaior-Junts, y para reunirse con el Comité de Solidaridad con Palestina.

Almassri ha pasado por la Isla pocos días antes de que la misión diplomática palestina en Madrid se convierta en embajada, después del reconocimiento oficial del Estado de Palestina por parte del Gobierno español.

¿Cuál es la situación en Gaza después de tantos meses de guerra?

—Lo que ocurre en Gaza yo no lo llamaría una guerra, porque la guerra se hace entre dos iguales. Ni tampoco es un conflicto. Se trata de un genocidio. De hecho, dos expertos de las Naciones Unidas han dicho que es el primer genocidio de la historia que está siendo retransmitido en tiempo real por las propias víctimas. Y yo agregaría que también está siendo transmitido por los perpetradores del genocidio, porque los soldados y oficiales israelíes cada día publican en las redes sociales las atrocidades que están cometiendo.

Hasta el día de hoy, las cifras de asesinados ascienden a más de 37.000, entre ellos más de 15.500 niños, y hay alrededor de 90.000 palestinos que han sido heridos. Si sumamos los heridos, los asesinados, los desaparecidos y los secuestrados superan las 130.000 personas. Estamos hablando del 5,6 por ciento de la población de Gaza. Por ello, yo lo llamaría un genocidio.

Las ONG también denuncian que en Gaza se está viviendo una situación de hambruna.

—Sí, el pueblo palestino vive una situación catastrófica y en Gaza la situación es apocalíptica. Como señalan las ONG, Gaza se enfrenta a una situación de hambruna, que afecta especialmente a los niños. Según Unicef, los recién nacidos no tienen fuerza ni para llorar, y mucho de lo que está ocurriendo ni siquiera llega a los medios.

¿Cómo se puede poner fin a esta situación?

—La comunidad internacional debe obligar a Israel a cumplir con el derecho internacional humanitario. Hay que poner fin inmediatamente a este genocidio con un alto al fuego, y para ello es necesario presionar al Estado de Israel.

¿Qué responden cuando se invoca el derecho de autodefensa de Israel?

—Lamentablemente, gran parte de la comunidad internacional todavía habla del derecho a la autodefensa de Israel para justificar la matanza en curso, y lo que ocurre en Gaza no tiene ninguna justificación a nivel jurídico, porque según el derecho internacional, la potencia ocupante debe garantizar la protección a la población civil, no al revés.

¿Se ha dicho que el brutal ataque del 7 de octubre por parte de grupos armados palestinos pretendía boicotear la normalización de las relaciones de Israel con países como Arabia Saudí. ¿Condenan el ataque?

—El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que los ataques del 7 de octubre no vienen del vacío, sino después de décadas de asfixia a la población palestina. Hay que situar estos ataques en el contexto histórico de los cien años de colonización desde que se inició el proyecto sionista en nuestra tierra. A partir de ahí hemos vivido una política sistemática de opresión, y no lo decimos los palestinos, sino que lo señalan las organizaciones de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Hoy en día, Israel viola todos los derechos nacionales y humanos del pueblo palestino, empezando por el derecho a la autodeterminación. Parece que el mundo descubrió el valor de la libertad el 7 de octubre, cuando se habla de los rehenes israelíes en manos de las facciones palestinas, pero nadie dice nada de los 9.300 palestinos que están cautivos en las cárceles israelíes y son torturados sistemáticamente.

¿Es posible la solución de los dos Estados?

—La solución de los dos Estados no fue una sugerencia de los palestinos, sino de la comunidad internacional. En los años setenta, la OLP reivindicaba un solo Estado, donde judíos, musulmanes y cristianos pudieran ser todos palestinos y vivir en paz. Después nosotros nos alineamos con la propuesta de la comunidad internacional, porque se consideró que un único Estado ya era una utopía, y en 1988 declaramos la independencia del Estado de Palestina en solo el 22 por ciento de la Palestina histórica. Un periodista israelí, Gideon Levy, incluso nos llama el pueblo más tolerante del mundo.

Pero ahora Israel está intentando eliminar la llamada solución de los dos Estados, a través de fragmentar las comunidades palestinas, mediante confiscaciones de tierras y la construcción de asentamientos, con el objetivo de imposibilitar la creación de un Estado palestino viable. A pesar de todo ello, nosotros todavía hoy optamos por la solución de los dos Estados, que ya fue una concesión dolorosa, pero lo hacemos para conseguir la paz y un futuro mejor para nuestros hijos y los de ellos. Pero Israel no cree en la paz ni en los dos Estados.

¿Qué condiciones son necesarias para la paz?

—La prioridad hoy es el alto al fuego, porque se están perdiendo vidas palestinas cada minuto. El pueblo palestino va a seguir resistiendo y existiendo en su tierra natal y tarde o temprano Palestina será libre. No hay paz sin justicia, y la justicia se logra a través de poner fin a la colonización, desmantelar el apartheid en toda la Palestina histórica, restituir los derechos nacionales del pueblo palestino en un estado independiente y soberano, con Jerusalén como capital, y el retorno de los palestinos a sus hogares. Este es el punto de partida para una paz justa y duradera.

¿Con el actual gobierno de Netanyahu todo es más difícil?

—Se dice que el actual gobierno es el más extremista desde la creación del Estado de Israel, pero esto significaría que los anteriores estaban a favor de dar derechos a los palestinos, y no ha sido así, porque el apartheid se ha ido consolidando. Cuando se habla de las políticas y los crímenes del gobierno de Netanyahu, de alguna manera se está declarando inocente al Estado de Israel, pero la violencia contra los palestinos es una política de Estado. La ocupación y el apartheid no empezaron con Netanyahu ni terminarán con él.

¿Cómo valoran la decisión del Gobierno de España de reconocer el Estado de Palestina?

—Agradecemos este paso importante, que demuestra el respeto de España hacia el derecho internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas. Para nosotros es importante, porque sentimos que no estamos solos. Para el pueblo palestino es un gesto de esperanza.