Gambas rojas en una pescadería de Maó, en una imagen de archivo.

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De enero a mayo, las flotas de arrastre de Maó y Ciutadella han pescado unos 27.000 kilos de gamba. Un dato algo superior al del año pasado y que supone el tercer ejercicio consecutivo con buenos resultados, después de unos años en que las capturas habían sido malas.

Las tres barcas de arrastre con base en el puerto de poniente han extraído, este año, unos 10.000 kilos de gamba. Una cifra que «es igual que el año pasado», según el presidente de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella, Xavier Marquès.

También similares, pero con un ligero incremento, han sido las capturas de las cuatro embarcaciones que hay en la rada mahonesa. Este año acumulaban, hasta el 6 de junio, 17.056 kilos de gamba roja, dato superior (+6,2 por ciento) a los 15.995 kilos de los cinco primeros meses del año pasado, según confirmaba el secretario de la Cofradía de Pescadores de Maó, Gabriel Morro.

Valoración positiva

Tanto en Maó, como en Ciutadella, hacen por ahora un buen balance de la campaña de este curso, pero como señala Marquès, «no es que se coja más de la cuenta», sino que, por lo menos, no están en esa dinámica negativa de hace unos años, en que había jornadas que acababan con unos pocos kilos en las redes.

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«La temporada es buena -indica Marquès-, hay gamba y pescado, lo que hay es poca cigala, pero tampoco es culpa de los pescadores, hace un año y medio que dio un bajón y no se recupera».

En este sentido, como defienden los pescadores, ellos son los primeros interesados en mantener con buena salud los caladeros, de ahí que rechacen las críticas que inciden en lo agresiva que es la pesca de arrastre. Es más, apuestan que «algo pasa en el mar, puede que el cambio climático», porque en el caso de la cigala «no es normal que no haya en todo el norte de Menorca», apunta Xavier Marquès.

Precios estables

Estos días, el precio de la gamba varía unos euros entre los mercados de Ciutadella y de Maó. En el Mercat des Peix de la ciudad de levante se vende, según sea de talla pequeña, mediana o grande, a unos 24, 56 y 68 euros, respectivamente. En cambio, en Sa Plaça des Peix de poniente alcanzan los 30, 60 y 70 euros.

Entre los consumidores, a menudo surgen críticas por los precios de venta de la gamba en el mercado. Sin embargo, Marquès desmonta el argumento de que son caras, asegurando que «no han subido en muchos años». De hecho, remontándose más de dos décadas atrás, afirma que «recuerdo ver la gamba a 10.000 pesetas el kilo, si ahora son 60 euros, no ha subido», mientras que sí lo ha hecho el coste de la vida y los costes productivos. «Lo que ha bajado es la nómina», insiste el presidente de los pescadores de Ciutadella, quien lamenta que «se nos acuse de ladrones».

En la Cofradía de Maó, Martí Mata considera que «la gamba sale bien y a un buen precio, y cuando hay mucha, baja de precio». Pero «no será ahora, estamos en temporada alta, la gamba no puede ser un producto barato», reivindica, sobre un producto que se pesca a unos 650 metros de profundidad, a unas 17 millas de la costa.

El apunte

Responden al Consell: «No hay un excedente de gamba, no puede haberlo porque trabajamos menos días»

A raíz de la campaña de promoción de la gamba roja de Menorca que han impulsado el Consell y las cofradías de pescadores de Ciutadella y Maó, desde la institución insular se acuñó el término de «excedente» para definir la situación actual de la pesca de este crustáceo. Un concepto erróneo según valoran los dos patrones mayores, Martí Mata y Xavier Marquès.

«No consideramos que haya un excedente», dice el primero. «No puede haberlo si estamos trabajando menos días» por las cuotas que fija la Unión Europea. Argumento con el que coincide Marquès. «Hablar de excedente significaría que no le podemos dar salida», algo que no ocurre.

Sobre esta cuestión, la consellera de Economía, Maria Antònia Taltavull, reconoció que el término utilizado no era preciso y que la temporada está siendo buena, de ahí la promoción que se ha hecho del producto, con dos demostraciones, el viernes y el sábado, en Ciutadella y Maó.