Cola de vehículos en la ITV de Maó. | Gemma Andreu

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La crisis de la vivienda en Menorca se ha convertido en un obstáculo para que la empresa concesionaria de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) solvente el déficit crónico en la plantilla de inspectores que sufre la Isla. Vista la situación, TÜV Rheinland Certio ha optado por alquilar sendas casas en Maó y Ciutadella que brinda como alojamiento a los técnicos de refuerzo que vienen de fuera.

A pesar de que en noviembre expira la prórroga de un año que el Consell ha concedido a la empresa para prestar este servicio, desde la institución dan por hecho que no llegarán a tiempo para licitar la nueva concesión y deberán alargar la relación con Certio.

El conseller de Movilidad, Juan Manuel Delgado, admite que la ITV en Menorca todavía no funciona de forma satisfactoria -«sería un necio si dijera lo contrario», afirmó en el último pleno – pero defiende la efectividad de las medidas que se han adoptado para enderezar un servicio que llegó a acumular una lista de espera de 8.000 vehículos tras la huelga del año pasado.

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Una plantilla de 16 inspectores

En la actualidad hay 11 inspectores en la ITV de Maó y cinco en la de Ciutadella, «por encima de lo previsto en el contrato», sostiene el conseller, y los sábados del mes de mayo se han abierto las estaciones para dar salida a los vehículos profesionales que deben trabajar durante la temporada turística, una medida que se pretende alargar a los sábados de junio.

Desde el PSOE, el conseller Eduardo Robsy considera «inaceptable» que desde la ITV se recomiende a los conductores «ir a las siete de la mañana a hacer cola para ver si tienen suerte y la pueden pasar». «No se puede obligar a los ciudadanos a pedir un día libre en el trabajo para acceder a un servicio público, eso no es buena gestión», critica.

El departamento de Movilidad del Consell está a la espera de incorporar un economista para supervisar el pliego de condiciones de la futura concesión, cuyo trabajo se sumará al que desempeña un ingeniero. «El trabajo está muy avanzado pero la tramitación es compleja y no se ha terminado», admite el conseller.