Los perros rottweiler deben ir con bozal y una correa específica que garantice la seguridad de los demás. | Archivo

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Heridas abiertas múltiples en la cara y en el pecho, herida inciso-contusa en la región malar y tres más en la región pectoral con varios hematomas fue el resultado del ataque feroz a un bebé que protagonizó un perro, de raza rottweiler, en la tarde del 9 de agosto de 2021, en la puerta de un supermercado ubicado en la calle Camí des Castell, en Maó.

Los padres del menor revivirán este próximo martes aquel terrible suceso en el juicio señalado ante el Juzgado Penal, contra el propietario del animal, en el caso de que en los momentos previos a la vista oral su abogado no alcance un acuerdo de conformidad con el fiscal y la parte demandante.

El Ministerio Público solicita una condena de seis meses de prisión para el dueño del rottweiler, español, de 47 años de edad, además de una indemnización de 12.632 euros por un delito de lesiones imprudentes que causó su perro a la criatura, y las secuelas que estas le han dejado. El bebé precisó tratamiento médico quirúrgico, seis puntos de sutura, profilaxis antibiótica y analgésicos, además de tratamiento dermatológico con cicatrizante. Fue trasladado de urgencia al Hospital Mateu Orfila, donde permaneció un día ingresado y otros 61 días más con perjuicio básico y moderado hasta que se estimó el final de su recuperación.

Al niño le ha quedado una cicatriz irregular en el canto externo del ojo derecho, otras tres en la región torácica y una más en la zona del esternón, de ahí la cuantía de la indemnización de la que se hará cargo la aseguradora.

El suceso ocurrió sobre las 19 horas cuando el perro, considerado potencialmente peligroso, y su dueño estaban en la entrada del supermercado. Según el fiscal, el acusado faltó al debido cuidado que merecía su mascota puesto que le había desajustado el bozal y no lo llevaba lo suficientemente atado.En ese momento venían por la calle el bebé, su padre y su pareja, y fue cuando el animal se abalanzó de repente sobre el niño sin que el acusado dispusiera de medios para retenerlo lo que provocó una situación de pánico.

El dueño del perro lo había inscrito como potencialmente peligroso en el registro de este tipo de animales, y contaba con el seguro de responsabilidad obligatoria que asume la mercantil Mapfre. Por ese motivo debía ir con bozal y una correa específica que garantice la seguridad de las demás personas, lo que no sucedió en este caso.