El servicio de informadores y controladores del Consell se puso en marcha este jueves, con el objetivo de regular y ordenar el acceso a las playas de Ciutadella, que desde principios de mayo registran una gran afluencia de usuarios. | Josep Bagur Gomila

TW
30

La afluencia de usuarios a las playas de Ciutadella es un buen    indicador del comienzo de la actividad turística, y a tenor de lo que está ocurriendo desde hace días en los arenales del sur del municipio, se puede concluir que el inicio cada vez más tempranero de la temporada ya es una realidad. Sirva como ejemplo lo que sucedió este jueves, en el día de la puesta en marcha del servicio de informadores y controladores del Consell, cuyos trabajadores a las 11 de la mañana ya habían tenido que cerrar los aparcamientos de Cala en Turqueta y Macarella.

Sin embargo, el inicio de este servicio sirvió para evitar el colapso en los aparcamientos y los accesos a las playas, una situación que se venía repitiendo en las últimas semanas, durante las cuales el estacionamiento incontrolado de los coches a lo largo de los caminos había provocado las quejas de las fincas de la zona, que en más de una ocasión habían tenido que llamar a una grúa para poder entrar en sus propiedades. El caos de estos días también ha hecho necesaria la intervención de la Guardia Civil, que el pasado viernes llegó a poner cien multas en una sola tarde.

En este sentido, Magí Moll, responsable de Eco Verd, la empresa de la Fundació de Persones amb Discapacitat contratada por el Consell para prestar el servicio, asegura que, como ya pasó el año pasado, han detectado un mayor número de usuarios durante este primer día, por lo que de cara al año que vienen consideran necesario adelantar la puesta en marcha del servicio.

A media mañana, las señales indicaban que Cala en Turqueta y Macarella ya estaban llenas. | Josep Bagur Gomila

Primera jornada

La jornada de los informadores empezó a las 8 de la mañana y se alargó hasta las 18 horas. El dispositivo para cubrir los accesos a las playas de Ciutadella estaba formado por ocho personas, dos en cada parking, más una coordinadora que se iba moviendo de un lugar a otro. Moll también se desplazó a la zona para supervisar el primer día del operativo.

Noticias relacionadas

Según relatan desde la empresa, el aparcamiento de Cala en Turqueta, que cuenta con un total de 120 plazas de estacionamiento, se tuvo que cerrar sobre las 10 de la mañana, momento en el cual uno de los informadores se desplazó hasta la rotonda de Sant Joan de Missa para evitar que los coches siguieran accediendo al lugar. A partir de ese momento, muchos de los vehículos, al ser advertidos de que Cala en Turqueta ya estaba lleno, tomaron el camino hacia Macarella, lo que provocó que el parking de este arenal, de 160 plazas, también se tuviera que cerrar poco antes de las 11 horas. Cabe recordar que a pesar de la gran afluencia de usuarios, el autobús de Macarella no entrará en servicio hasta el próximo 1 de junio.

Franceses e ingleses

Desde la empresa explican que durante el día de ayer no se dio ninguna situación desagradable como las que han tenido lugar otros años, cuando algunos usuarios se enfrentaban a los informadores cuando se les decía que ya no podían pasar. «Ayer todavía podíamos derivar a los vehículos hacia la playa de Son Saura, puesto que su parking no se llenó del todo, pero la situación se complicará cuando todos los aparcamientos estén completos y no podamos ofrecer alternativas», asegura Moll, quien recuerda que su función únicamente es la de informar. «Si alguien se pone chulo y quiere pasar, nosotros no lo podemos impedir», remarca.

Durante el día de ayer las principales nacionalidades que se dejaron ver por las playas de Ciutadella fueron los franceses y los ingleses. A los españoles e italianos se les espera más adelante.

El servicio de informadores también se puso en marcha este jueves en la playa de La Vall, donde no se llegó a colgar el cartel de completo en el gran aparcamiento de 400 plazas, así como en Binimel·là, donde el servicio es distinto, y únicamente se ofrece de 8.30 a 10.30 horas, un par de horas durante las cuales los controladores ayudan a ordenar el estacionamiento de los primeros coches que llegan.