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«Safari por Menorca». Es la cabecera de un anuncio que una anfitriona de la plataforma Airbnb acaba de publicar para alquilar turísticamente una tienda de campaña en Cala en Porter por 68 euros la noche a mediados de agosto.

Para cuatro noches, con un coste de 318 euros, ofrece esta «nueva tienda de camping de dos plazas a estrenar aparcando el coche alrededor» para poder «dormir en las mejores calas y playas de la Isla». Una experiencia que esta nueva usuaria de Airbnb pone a disposición del mercado con tan solo una tienda de campaña que actualmente se vende por 53,90 euros y un saco de dormir que se comercializa por 19,99 euros.

Sin reservas aún, este anuncio se convierte en uno de los muchos ejemplos de las ofertas de alojamiento que, lejos de frenarse, van a más a medida que se acerca la temporada turística y que, además, se comercializan de forma irregular.

Solo en la plataforma Airbnb, según la base de datos Inside Airbnb, los 3.312 anuncios que había en diciembre de 2023 han crecido hasta los 4.066 en marzo de 2024, una cifra que previsiblemente seguirá al alza ante la proximidad del verano y la proliferación de ofertas vacacionales que no disponen de número de licencia porque no se ha tramitado o no se otorga al situarse en zonas vetadas como pueblos y suelo rústico.

Alquileres de habitaciones

Precisamente, los anuncios de habitaciones individuales, una práctica prohibida de acuerdo con la normativa de alquiler turístico del Govern, son los que más predominan en los principales portales comercializadores de viviendas turísticas como Airbnb.

En Menorca, algunos anfitriones, por su larga experiencia en Airbnb y la buena valoración de los huéspedes, han incluso conseguido el distintivo de superanfitrión por alquilar habitaciones en sus propias viviendas, ubicadas, por ejemplo, en pleno centro histórico de Ciutadella, donde una usuaria con nueve años de experiencia en la plataforma ofrece una habitación en el apartamento residencial en el que vive con su familia por 170 euros la noche a mediados de agosto. En total, por cuatro noches, el coste para una persona es de 796 euros y advierte Airbnb que este alojamiento está casi siempre reservado.

Sin que aparezca en ningún momento el número de licencia, este tipo de oferta que encuentra clientes interesados se convierte en un atractivo para otros nuevos anfitriones que se apuntan a ampliar el catálogo con alquileres de habitaciones individuales en viviendas particulares ubicadas en otras localidades como Cala Llonga. Aquí, una usuaria con un año de experiencia ofrece una habitación en un piso con acceso a zonas comunes en un lugar que define como «un oasis de tranquilidad» y por el que pide 95 euros la noche el mismo periodo de agosto.

'Glamping' y autocaravanas

Este tipo de oferta tampoco falta en lugares doblemente vetados para el alquiler turístico al ser zonas protegidas. Cerca de Es Grau, por ejemplo, una superanfitriona comparte dos anuncios: tanto una habitación privada en la vivienda que habita por 120 euros la noche a mediados de agosto como una tienda de campaña para glamping (o camping glamuroso) por 90 euros la noche el mismo periodo.

Especifica que la vivienda es una «casa familiar que invita al descanso y conexión contigo mismo dentro de un ambiente sereno», en una «zona protegida, bastante aislada de edificios y sonidos, pero no muy lejos de la ciudad». Si la habitación individual con acceso a zonas comunes ya está alquilada, la superanfitriona invita a los interesados a visitar otro anuncio en el que publicita la tienda de campaña para glamping privada y aislada en el jardín, en el que invita a disfrutar «de los sonidos de la naturaleza» y en el que «proporciona gas para acampar y utensilios básicos».

Hay que recordar que en Menorca no es posible hacer acampada libre y solo está permitido acampar en zonas autorizadas como campings. Aun así, son varios los anuncios que ofrecen a través de internet este tipo de experiencias mediante la comercialización de autocaravanas como alojamientos turísticos. Una, que se alquila en Maó por 120 euros la noche y casi siempre está reservada, es descrita con «ventanas laterales para que entre la brisa marina a rozarte la cara» así como con «mesa, sillas y sombrilla para el exterior y disfrutar de las maravillosas vistas».