Puertos no tiene una normativa específica sobre ruidos en la zona de tráfico portuario y espacios adyacentes. La única ordenanza publicada regula las actividades generadoras de ruidos en la cubierta de buques y embarcaciones de recreo o de excursiones, pero se refiere a los equipos musicales. Tampoco se va a regir por la ordenanza municipal de Maó, cuyos resultados y el exceso de decibelios detectados son esgrimidos por los vecinos de las barriadas del centro histórico, Tanques del Carme y Dalt Sant Joan, para pedir que se reduzcan estas molestias.
APB informa de que los resultados se cotejarán con los niveles de contaminación acústica permitidos en el Real Decreto 1367/2007 que desarrolla la Ley 37/2003 del Ruido, en lo referente a la zonificación acústica, objetivos de calidad y emisiones acústicas. Dicha normativa establece unos valores límite de ruido, aplicables a infraestructuras portuarias y a actividades, que son de 55 decibelios por la mañana y tarde, y de 45 decibelios por la noche, en los sectores con predominio de uso residencial. Sin embargo, esos valores límite pueden ser más altos si el territorio en cuestión se encuentra dentro de una zona gravada por servidumbre acústica. Y la ley determina que las zonas de servidumbre acústica serán delimitadas por la administración competente para la aprobación de mapas de ruidos de infraestructuras, por lo que la pelota vuelve a estar en el tejado de Autoridad Portuaria de Balears.
«No viven en los muelles»
Algunos de los residentes afectados han sido notificados por APB de las mediciones, estas y algunas que se han venido haciendo con anterioridad, pero sin ofrecer resultados. Ellos siguen firmes en cuanto a la validez de los informes de la Policía Local que confirman el exceso de decibelios en varios de los domicilios de los barrios que perciben directamente el ruido del «Ciudad de Granada». «Se tienen que atener a esos informes, no son casas construidas a un palmo del buque, no viven en los muelles, son vecinos de la ciudad de Maó», sostiene el presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de Menorca, Gonçal Seguí.
La agrupación tiene previsto reunirse para decidir qué acciones tomar, ya que de momento, afirma Seguí, ni el Consell ni Autoridad Portuaria ha contestado a su petición de constituir una mesa en la que poder dirimir este problema, con la intermediación de la Sindicatura de Greuges. El Ayuntamiento de Maó por su parte se ha limitado a informarles de que la petición de sonometrías se ha tramitado ante APB. «Estamos hartos de mentiras», afirma el presidente de la federación. Algunas de las quejas a Puertos, a través del buzón de atención ciudadana, se remontan a noviembre de 2023, y en el Consell han tenido entrada tres escritos, dos de particulares y uno de la Federación, pero hasta ahora «no han contestado».
El apunte
Eivissa y Palma tienen mapas de ruido y faltan los de Maó, Alcúdia y la Savina
2 comentarios
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También el ruidoso bar junto al puerto deportivo de Cala En Bosc. Si los puertos tienen autoridad para actuar, deberían hacerlo. Nadie tiene derecho a molestar deliberadamente a sus vecinos, cualesquiera que sean sus motivos. Detengan el ruido, detengan los graffitis, detengan las drogas y deporten a los que están aquí ilegalmente. Es la única manera de recuperar la seguridad ciudadana y devolver la calma a esta otrora idílica isla.
Y de paso no pueden hacer pruebas también en las Urbanizaciones de Sant LLuís a partir de las 24 horas …. algunos se han creído que la adquisición de una propiedad incluye la conversión de la misma en una DISCO con entrada para 50 o más jaraneros.