Los participantes entonando la canción «Soldados del pantano» | Katerina Pu

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Desde que en noviembre de 2005 la ONU estableciera el 27 de enero, coincidiendo con el aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, como el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, Menorca ha sido fiel a la conmemoración de esa fecha. Un recuerdo que cada año tiene lugar en un rincón del Passeig Marítim de Ciutadella en el que hace ahora 15 años se colocaron de forma simbólica unas piedras en recuerdo de los menorquines fallecidos en Mauthausen.

Un acto organizado por el sindicato CGT, uno de cuyos miembros, Luis Camarero, se encargó de abrir ayer el encuentro que logró reunir a cerca de un centenar de personas. «Año tras año nos encontramos aquí haciendo un ejercicio de memoria y denunciamos los crímenes contra la humanidad», recordó. Habló de la guerra en Ucrania, el exterminio del pueblo kurdo y «el cementerio» que representa el Mediterráneo para las personas que huyen de sus hogares. «Pero este año nos toca hablar de un genocidio terrible, el del pueblo palestino», añadió, antes de tener un recuerdo para una figura que era habitual de estas citas, Joan F. López Casasnovas, y sus habituales palabras: «Memoria, memoria y memoria».

Un encuentro en el que hubo espacio para la lectura de hasta tres manifiestos. El primero de ellos firmado por Amical de Mauthausen, entidad que puso el acento en recordar «la fragilidad de la libertad» y la existencia de un panorama desolador en la actualidad, «en el que no cabe ni el silencio cómplice ni la melancolía contemplativa». Un discurso en el que manifestaron la «empatía colectiva y solidaria con las víctimas del pasado, pero también reconocemos las vulneraciones del presente».

Durante el acto se recordó que la CGT se ha quedado sola en la conmemoración del día internacional de las víctimas del Holocausto, una causa apoyada desde 2017 por el Consell insular, institución que este año, tras el cambio de signo político, se ha quedado al margen, recordaron. Desde el sindicato pusieron un especial énfasis en que «estamos aquí con el compromiso de luchar para no olvidar, para dirigirnos a las nuevas generaciones y no desfallecer» con «la firme voluntad de implicarnos en la petición de verdad, justicia y reparación».

Con el Holocausto en mente y también los actuales conflictos bélicos, muy especialmente el que se está viviendo en Gaza, durante el acto se agradeció con un aplauso el paso dado por Sudáfrica con su denuncia contra Israel en La Haya por genocidio. En ese sentido, desde la CGT manifestaron su firme creencia de que «nada más que la paz, la convivencia pacífica, la solidaridad entre los pueblos y las sociedades diversas, son las sendas para un futuro digno y libre».

Por último, tomó la palabra el Comité de Solidaridad Menorca-Palestina, cuyo portavoz recalcó que actualmente «Gaza es un campo de concentración y se está convirtiendo en un campo de exterminio».
A diferencia del año pasado, el acto transcurrió con total normalidad después de que los organizadores informaran previamente a la Dirección Insular de la Administración General del Estado de la celebración.

La música volvió a ser uno de los elementos más destacados del homenaje. Sergi Cleofe interpretó con su voz y guitarra «Lucky man», una versión de la canción protesta de Emerson Lake & Palmer y una composición propia, «Els companys de l'Andròmeda». Los participantes entonaron también, al ritmo marcado por el acordeón de Gregori Viethen, «Soldados del pantano», una canción compuesta por los prisioneros del campo de concentración de Boergemoor (Alemania).