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El proyecto de reforma de la carretera general Me-1 en el tramo entre Maó y Alaior costará el doble de lo inicialmente presupuestado en 2014 , cuando se adjudicó a la UTE Dragados-Antonio Gomila por 9.164.828 euros, más otro millón por dirección de obras, asistencia y otros conceptos. A los 8.514.239 euros que ha costado en total la remodelación de tres kilómetros de los diez que tiene dicho segmento de la vía, ahora hay que sumar los 10.100.000 euros que presupuesta el Consell insular en 2024 para terminar la obra . Lo que arroja una suma total de 18.6 millones de euros, si es que no se dan nuevos contratiempos, para finalizar unos trabajos viarios que llevan una década en el centro del enfrentamiento político y se han convertido en un pozo sin fondo para los recursos públicos.

Entre el coste del nudo de acceso a Alaior, las obras que ejecutó la UTE antes de retirarse de la obra, y lo que esta cobró por la rescisión negociada de su contrato en 2016, la Administración invirtió 5.247.000 euros.

Dicha cifra consta en un informe elaborado por la Sindicatura de Comptes en 2020. Esos más de cinco millones de euros se pagaron con cargo al convenio de carreteras firmado en 2007 entre el Gobierno central y el Consell, un instrumento financiero que caducó en septiembre de 2020 después de haber sido prorrogado y modificado con adendas los años 2009, 2011 y 2014.

Los tres millones restantes (3.267.239 euros) correspondientes a las obras entre La Argentina y la entrada a la localidad de Alaior, un recorrido de 2,5 kilómetros de carretera, los ha asumido el Consell de Menorca con fondos propios.

En resumen, el 30 por ciento de la obra, tres kilómetros, han consumido el 85 por ciento del dinero en que se presupuestó el conjunto del proyecto hace una década, y para completarlo habrá que añadir el mismo importe por el que inicialmente se pensaba ejecutar toda la reforma, esos 10,1 millones de euros previstos por el Consell en las cuentas del próximo ejercicio.

Si bien los costes de la construcción se han incrementado de forma considerable en los últimos años, los sucesivos cambios y retrasos han contribuido asimismo al encarecimiento de un proyecto cuya propuesta inicial, con el gobierno del PP en el mandato 2011-2015, nació como desdoblamiento de la carretera, que se quedó en ampliación por motivos económicos y que después el ejecutivo del pacto de izquierdas –durante los años 2015 a 2023–, modificó y retomó fragmentándolo en el tramo de Maó a Alaior. La variante de Ferreries y el tramo entre dicha localidad y Ciutadella se reformaron sin contratiempos.

Por otro lado, en el capítulo de las expropiaciones de terrenos llevadas a cabo para ampliar la Me-1 en el tramo de Maó-Alaior y en el de Ferreries-Ciutadella, se han pagado otros seis millones de euros, incluidos también en el convenio de carreteras.

El Consell prevé en sus inversiones de 2024 la finalización de la carretera pero aún no se ha concretado la solución para el puente de Rafal Rubí que el anterior gobierno quería demoler. La intención manifestada por el actual presidente, Adolfo Vilafranca, siempre ha sido la de compatibilizar la estructura con la reciente inscripción de la Menorca Talayótica en la lista de PatrimonioMundial de la Unesco. El actual equipo no da validez al proyecto remitido a la Comisión Balear de Medio Ambiente en abril, trabaja en el suyo propio, con el compromiso de contar con el consejo de Icomos.

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