Alumnos del IES Maria Àngels Cardona de Ciutadella durante el trabajo de campo realizado. | Per la Mar Viva

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La playa de Cala Pilar, en la costa norte de Ciutadella, es una de las más contaminadas por restos de plástico de todas las analizadas hasta ahora por la asociación Per la Mar Viva. La entidad ha podido identificar 1.310 piezas de origen sintético en cada metro cuadrado de arena de esta cala virgen, especialmente azotada por los temporales del norte. La inmensa mayoría de estos residuos tienen menos de 5 milímetros y entran en la categoría de microplásticos.

En un estudio divulgado este fin de semana, Per la Mar Viva concluye que la situación en Cala Pilar es muy grave, solo superada por los resultados que se obtuvieron en 2021 en la playa de Cavalleria (con 1.676 piezas de plástico por metro cuadrado) y muy por encima de Son Bou, donde se contabilizaron 328. «Todavía tenemos que esforzarnos mucho para disminuir o erradicar el plástico que contamina hoy el mar», señalan en las conclusiones su presidente, Carlos Salord.

Ejemplo de microplásticos en la arena mostrados en la pasada Mostra d'Entitats de Sant Lluís.

Estos resultados son el fruto de un trabajo de campo tutelado por la asociación Per la Mar Viva junto a los alumnos de primero de ESO del IES Maria Àngels Cardona de Ciutadella. La toma de muestras se realizó en mayo de este año. Consistió en la delimitación de un espacio de la playa de 28 metros cuadrados que se dividió a partes iguales en siete cuadrículas de 2x2 metros. En cada una de ellas se purgaron mediante cedazos los primeros 10 centímetros de arena. El material resultante se depositó sobre una cartulina negra y, una vez allí, se fueron clasificando los residuos.

Tras descartar los restos orgánicos, como trozos de madera hasta conchas o algas, se apartaron los plásticos. Estos residuos fueron separados en tres categorías según su tamaño: plásticos de más de 5 milímetros – como bastoncillos para los oídos, tapones de bolígrafos o colillas-, y los de menor medida entre microplásticos y péllets. De las 1.310 piezas halladas de media por cada metro cuadrado en Cala Pilar, 79 corresponden a los plásticos más grandes, 211 a microplásticos de menos de 5 milímetros y 1.020 a los péllets de menor tamaño. Son tantos, que ha sido necesario esperar hasta después del verano para completar el recuento.

Un problema global

Los resultados de este trabajo de campo se suman a otras investigaciones parecidas que se han realizado en el resto de Balears y en regiones de todo el mundo, lo que permite afirmar a Per la Mar Viva que existe una evidencia científica de la gravedad del problema que supone la dispersión de microplásticos en el ecosistema.

«Hay que priorizar y dar carácter de urgencia al cuidado del estado del mar», valora Carlos Salord, quien recuerda su importancia capital como fuente de alimento de la población en un momento de cambio climático que afecta de lleno a la agricultura en tierra firme. «Se necesitan políticas más rigurosas tanto en la producción como el uso y la gestión del plástico para evitar la fabricación masiva e inútil de envases de un solo uso que acaban en muchos casos vertidos al mar».

El presidente de Per la Mar Viva también anima a tomar acciones a nivel individual para disminuir el consumo de plásticos. «Un mar descontaminado estaría lleno de vida y abundancia para asegurar la existencia de la especie humana y el legado de la vida», concluye en la presentación de su informe.