Menorca Mao / Gemma Andreu / Hotel interior Jardi de ses Bruixes | Gemma Andreu

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La ajustada oferta para volar a Menorca tras los meses de verano preocupa y mucho a la mayoría de hoteles de interior, rurales y agroturismos de la Isla consultados por este diario. Temen, en especial, que la pérdida de conexión directa con Londres y París influya en la ocupación durante la temporada baja, ya que son precisamente los mercados británicos y franceses, junto con los turistas nacionales, los que hasta ahora aseguraban la ocupación hotelera en otoño e invierno en los establecimientos de esta tipología que alargan el cierre o permanecen abiertos todo el año.

«Es un fastidio muy grande porque el invierno en Menorca es complicado y tener aunque sea cuatro habitaciones ocupadas con ingleses, franceses o españoles siempre es bueno», señala Bep Sastre, propietario del hotel boutique Can Sastre, ubicado en pleno centro de Ciutadella, que advierte que «si no ponemos facilidades, la gente no vendrá porque lo normal es decantarse por rutas fáciles». Lo mismo apunta Anja Sánchez-Rodrigo, CEO y fundadora del hotel boutique Ses Bruixes de Maó, que explica que «nos afecta muchísimo porque, sobre todo en la temporada de invierno, somos el típico hotel de escapada de fin de semana».

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El hecho de que no haya vuelos o rutas directas obliga a los viajeros a hacer escalas y les complica las estancias cortas. Esto desemboca en que los establecimientos no solo pierden este tipo de clientes que se escapan un fin de semana, sino también aquellos que, por cuestiones logísticas, se desplazan a la Isla. «Damos alojamiento, en estos últimos años, a huéspedes de fuera que han comprado viviendas aquí y vienen de vez en cuando para avanzar las reformas. Si no encuentran vuelos, también los perdemos», concreta Anja Sánchez-Rodrigo,    de Jardí de ses Bruixes.

Con estas condiciones, el planning de reservas en los establecimientos dependerá de los avances o retrocesos que se produzcan en la oferta de vuelos, resalta Christian Balle, director del hotel boutique Cristine Bedfor de Maó. Hasta finales de septiembre, la mayoría tienen asegurada la ocupación. Jaume de Febrer, propietario y gerente del hotel rural y restaurante Alcaufar Vell, está satisfecho con las reservas que hay para lo que queda de mes y octubre. En el agroturismo Ses Talaies, cerca de Ciutadella, también están contentos, hasta tal punto que han aplazado el cierre a final de octubre. Para el resto, se abre una incógnita.

Reservas a última hora y para una semana

Hasta finales de septiembre los hoteles de interior, rurales y agroturismo tienen garantizadas las reservas. Algunos, incluso, hasta octubre. Otros aún tienen vacío el planning de reservas, pero tampoco les preocupa en exceso porque han detectado que el consumo ha cambiado. Los clientes apuran hasta el último minuto y efectúan las reservas de un día para otro para estancias largas, de una semana, en algunos casos. «Hacemos un esfuerzo titánico» para tenerlo todo a punto en poco tiempo, reconoce Anja Sánchez-Rodrigo, de Ses Bruixes.

El apunte

Un amplio abanico de opciones con precios que van de los 523 a 160€

El registro oficial del departamento de Ordenación Turística del Consell insular contabiliza en estos momentos la existencia de 55 hoteles de interior con una oferta global de 830 plazas, 33 agroturismos con una capacidad conjunta de 711 plazas y 8 hoteles rurales con 255 plazas. Un amplio abanico de opciones para los turistas que deciden pasar unas vacaciones en Menorca. Los precios son también muy variados. Por poner un ejemplo, pueden ir desde los 523 euros la noche en la lujosa finca de Son Vell, en Ciutadella, hasta los 160 euros la noche en el Hotel Hevresac de Maó, según el fin de semana que se escoja de octubre. Además de turistas, este tipo de establecimientos también acogen, durante la temporada baja y de manera esporádica, a residentes y locales baleares que deciden pasar unos días de descanso por unos precios más bajos.

Las claves
  1. Menorca pierde las conexiones invernales con Londres y París

    El incumplimiento del convenio de comarketing firmado entre Vueling y el Consell insular deja Menorca sin vuelos directos con Londres y París durante la temporada baja. De momento, el Consell trata de recuperar la conexión invernal con la capital de Inglaterra aportando más dinero.

  2. Los hosteleros temen que la oferta de vuelos influya en la ocupación

    Los responsables de los hoteles de interior, rurales y agroturismos prevén que la ajustada oferta para volar a Menorca afectará al planning de reservas. La falta de vuelos directos complica las escapadas de los viajeros que, en temporada baja, suelen ser de fin de semana.

  3. Los perfiles turísticos, cada vez más variados y venidos de todas partes

    Los perfiles turísticos son cada vez más variados y esto da cierta tranquilidad a los responsables de establecimientos hoteleros porque dejan de depender de los mercados tradicionales. Destacan, en especial, los norteamericanos, suizos y latinoamericanos.