Vilafranca recibe la felicitación de la presidenta del Govern, Marga Prohens | Katerina Pu

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Todas las miradas estacan centradas ayer en el nuevo presidente. Dolfo Vilafranca, un político de buen talante, entraba en la sala de plenos, abriendo el desfile de consellers, con una sonrisa estilo Da Vinci, que le acompañó durante toda la sesión, incluso cuando la oposición descargó las primeras críticas.

La mesa de edad la formaron la consellera de Vox, Maite de Medrano, y el conseller más joven y más polémico, sin que todavía haya abierto la boca, Joan Pons Torrres. Las normas hicieron que De Medrano le entregara la vara de mando, que simboliza el poder en la institución.

La otra protagonista, antes y después del pleno, fue la flamante presidenta del Govern, Marga Prohens. Pese a que todavía lleva la mano derecha vendada, por el accidente doméstico que sufrió con aceite hirviendo, no se cansó de saludar a todo el mundo, con la exquisita amabilidad que practica. Incluso con el alcalde de Maó, Héctor Pons, con quien departió un par de minutos, quizás sobre el temor expresado por él de que pague por ser el único cargo socialista superviviente. Al lado de la presidenta balear, el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, con quien compartió comentarios.

Entre los invitados, todos los alcaldes de la Isla, la mayoría del PP (6 de 8). Los expresidentes, Joan Huguet, Cristóbal Triay Humbert, Joana Barceló, Santi Tadeo y Marc Pons, sentado con los diputados. Excusaron sus asistencia Berto Moragues, Maite Salord y, a última hora, Francesc Tutzó. En las primeras filas, diputados de todas las formaciones, entre ellos Juan Manuel Lafuente, que va a ser titular de la nueva    Conselleria balear del Mar.

También asistió el obispo de Menorca, Gerard Villalonga, acompañado del vicario general, Joan Bosco Faner. Entre los representantes de los colectivos empresariales, Justo Saura, presidente de PIME, Sebastià Triay Fayas, de Ashome, y Rubén Adrián Pastor, de la Cámara de Comercio. Del ámbito cultural, una representación no muy numerosa, con la presencia de la presidenta del Ateneu de Maó, Margarita Orfila. Yel presidente del Consorcio del Patrimonio Militar, Francisco Javier Bartol.

Es curioso como unas elecciones que impliquen cambio de poder transforman las caras del patio de butacas de la sala de plenos del Consell. Muchos concejales y militantes del PP, que aplaudieron con ganas al nuevo presidente. Sin contaminación acústica. Las intervenciones de cada grupo eran respondidas con los convenientes aplausos. Como es lógico, el sonómetro subía más para reconocer a los políticos del PP.

También había en la sala familiares de la mayoría de consellers. Los padres, Adolfo Vilafranca Bosch y Catalina Florit, y la esposa del nuevo presidente, Ana Benejam, se sentaron en la quinta fila.

La sesión estuvo impregnada por un lógico ambiente institucional, que concluyó con un aperitivo nada opulento, de formatjades y producto local.