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Este martes por la mañana, el alcalde de Es Mercadal, Francesc Ametller (PSOE) y sus antecesores Ramon Orfila (L'Entesa) y Antoni Pons Fuxà (PP) compartieron desayuno. Les sentó bien, comentando temas de gestión municipal, y aunque discrepan y podrían llegar a discutir, nunca se pelean.

El día terminó con el debate en el Ateneu con los candidatos menorquines al Parlament. Todo un contraste. Se nota la tensión en el ambiente y eso se manifiesta con un exceso de dominio del tono sobre el contenido. Todo es un desastre o todo es casi maravilloso. Yademás, la numerosa audiencia, más de 150 personas, estaba formada por simpatizantes de cada opción, que al apropiarse del micrófono participaban en la campaña electoral. Este martes, no solo nadie de los presentes cambió de voto, sino que casi nadie aprendió nada nuevo.

Ahora bien, el espectáculo como tal, mereció la pena. Siscu Cardona de Vox abrió y cerró el debate. Dijo que hablaría en castellano por los no que pueden hacerlo, resumió que el Govern del Pacte es el de la prohibición y prometió una auditoría diaria, auditorías para todo. Yademás se plantea suprimir el IME y anular la mayoría de leyes. Casi nada. Intervenciones como la de alguien diciendo que en la escuela no le dejaban ir al lavabo si no hablaba en catalán soliviantaron a la otra parte de la audiencia. Las reiteradas intervenciones de Cristina Gómez de UP para desmarcarse de Més fueron demasiado evidentes. Y del PSOE también, del que dijo que actuaba «arrastrando los pies» ante el empuje de su partido. Y advirtió que «es un clamor» el riesgo de un gobierno de derechas para los derechos.

Manel Bonmatí de Cs sueña con ser bisagra y con ejercer de gestores de lo público, pese a las pocas oportunidades que todo el mundo les augura.

Josep Castells de Més per Menorca presumió de fidelidad al programa. «Yo no dicen que somos el no a todo», comentó para añadir que «si hubiésemos dicho no antes a cuestiones como el agua estaríamos mejor». Reconoció que «las curas paliativas» de los gobiernos de izquierdas han generado decepción.

Marc Pons del PSOE relató la lista de datos de todo lo que han hecho bien los gobiernos de izquierdas, «un modelo de equilibrio para el futuro», a lo que Jordi López del PP apuntilló con la lista de todo lo que no se ha hecho, «solo fotos de cartón piedra, gobiernan en una nube».

El debate entre Marc Pons y Lluís Camps, desde el público, sobre vivienda fue de lo más entretenido. A ver quién pilla a quién. Porque, aquello de «programa, programa, programa», que llenaba de contenido los aburridos debates de antes, ha pasado a la historia. Ahora los partidos y el público apuestan por el relato, por el show dramático.