Antes de viajar a Estados Unidos no tenía claro qué quería hacer. Durante los veranos trabajó en el aeropuerto y como socorrista. Su expareja tenía familia en Sarasota, Florida, decidieron ir a probar y acabaron sacando el visado de estudiantes F1.
Admite que durante el primer año le costó mucho adaptarse, «añoraba la familia, los amigos, la buena comida», recuerda. En Miami cursó el BA de Graphic Design y mientras estudiaba pudo trabajar en un restaurante para pagarse los gastos. En el mismo restaurante conoció a la que hoy es su mujer y al hijo de esta.
Después de haberse graduado en la universidad, una beca de Microsoft le permitió especializarse en Experiencias de Usuario. Realizó las prácticas en una empresa de software que desarollaba aplicaciones para gestión de restaurantes «con la mala suerte de que a los tres meses reestructuraron la compañía. Pero me vino bien el aprendizaje porque dos meses después encontré el trabajo que tengo ahora, donde estoy muy contento y además trabajo desde casa», relata.
Una de las ventajas de vivir en los Estados Unidos «es la economía, lo salarios, que aquí son tres o cuatro veces más altos que en España, las oportunidades de trabajo, el crecimiento profesional. Me gusta la mentalidad de emprendimiento y de obtener conocimientos de forma continuada».
Como contrapartida, la vida social resulta más complicada, «es más difícil socializar, la gente está más enfocada en el trabajo, las distancias son más largas, los fines de semana se sale mucho a Miami donde siempre hay eventos musicales, deportivos o artísticos», comenta. Su familia vive en Menorca, a su mujer le encanta España y en el futuro les gustaría mudarse a Europa.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.