La norma que regula el núcleo histórico es del año 1999 por lo que reclaman su actualización.

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Ciutadella ha perdido al menos dos años para actualizar el denominado Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico Artístico de la ciudad (Pepcha), un documento que está próximo a cumplir el cuarto de siglo de vigencia y que se halla desajustado a la realidad actual, en opinión de arquitectos y aparejadores.

El conjunto de normas de este plan supone una limitación en las reformas para los propietarios de inmuebles y comerciantes no solo por las restricciones que le dan contenido sino porque, según los profesionales, ya no responde a los criterios de planificación actuales ni resuelve las cuestiones relevantes para conseguir una evolución armónica del centro.

El Ayuntamiento había resuelto hace dos años tramitar una modificación puntual del documento de planificación que regula al detalle la ordenación del conjunto histórico para solucionar aspectos concretos. El trabajo, con un contrato menor, fue ofrecido al arquitecto Enric Taltavull, y este lo aceptó pero condicionado a que se abriera un debate con los colegios profesionales y se incorporaran los cambios que estos propusieran para la modificación de una normativa que ha quedado desfasada, cargada de dudas y falta de concreción para evitar interpretaciones erróneas.

En un sentido similar se pronunció el Colegio de Aparejadores, que ya había indicado la necesidad de modificarlo durante el mandato del alcalde Chiqui de Sintas. Ambos, tanto este como el de Arquitectos, aportaron un análisis del Pepcha cuya vigencia culmina el próximo año. Los dos trabajos coinciden en muchos de sus puntos, especialmente en la necesidad de unificar criterios en cuanto al uso de materiales en las fachadas, toldos, patios interiores y cartelería y, sobre todo, en cuanto a la prevalencia de la normativa a la hora de acometer una obra de mejora o de reforma por la confusión que genera el actual documento en sus áreas histórica y de respeto.

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Las quejas de los contratistas hacen referencia a las indefiniciones del plan así como a las dificultades que comporta su aplicación para donar habitabilidad a zonas interiores de patios que no se ven desde el espacio público y que podrían ser tratadas con una mayor flexibilidad para que las casas antiguas puedan mejorar su confort.

No parece que desde entonces el Ayuntamiento haya tomado en consideración ninguna de las numerosas alternativas técnicas propuestas por los dos estamentos colegiales en los trabajos que realizaron al respecto. El de los Aparejadores fue presentado directamente en el departamento de Urbanismo, a instancias del equipo de gobierno, sin que recibiera respuesta, y tampoco la ha tenido el amplio documento que aportaron los arquitectos.

La renuncia de Taltavull

Uno de ellos, Enric Taltavull decidió, finalmente, renunciar a la redacción de la modificación puntual que pretendía el Ayuntamiento al estimar que era insuficiente y no respondía a las verdaderas necesidades del centro histórico de Ciutadella. El arquitecto había ofrecido redactar la revisión completa del Pepcha por el mismo importe que habría recibido de haber aceptado la modificación puntual que quería el Ayuntamiento, 11.500 euros.

En una de las últimas reuniones de la Comisión Municipal de Patrimonio, la presidenta y alcaldesa, Joana Gomila, expuso que la revisión total del Pepcha se tiene que hacer pero que no se podía llevar a cabo mientras se esté tramitando el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Del mismo modo señaló que el contrato adjudicado a Taltavull ya no se podía modificar por las dificultades que implica a nivel de tramitación.

La Comisión de Patrimonio de Ciutadella acordó entonces que mientras no se lleve a cabo la revisión del Pepcha, en cada una de las próximas reuniones se dedicaría un punto del orden del día a modificaciones puntuales del plan para elaborar un libro blanco a tener en cuenta el día que finalmente pueda ser revisado. Este compromiso, no obstante, ya no se cumplió en el siguiente encuentro de los miembros de la comisión.

Las claves
  1. Diferenciar las zonas histórica y de respeto

    El Colegio de Arquitectos proponía como modificación necesaria la necesidad de diferenciar con más claridad las zonas histórica y de respeto del casco antiguo a la hora de interpretar la normativa del Pepcha.

  2. Más permisividad para los patios interiores

    Autorizar una mayor intervención en los patios privados y cubiertas que no afecten a la percepción exterior de las fachadas pero permitan las instalaciones y requerimientos de habitabilidad según la regulación actual.

  3. Regular la situación de los cableados

    Regular la situación transitoria de los tendidos de cableado de servicios identificando los edificios catalogados como con una regulación idéntica a la del plan, pero admitiendo alternativas que puedan resultar viables también al resto de edificios.