El héroe de guerra británico que halló la paz en Menorca

Sin que la mayoría tuviera conocimiento de sus éxitos musicales, durante muchos años también vivió en la zona de llevant Terry Cox, integrante de la conocida banda de folk rock de la década de los 70 y 80 The Pentangle y cuya batería sonaba en el «Space Oddity» de David Bowie.

A esos dos ejemplo hay que sumar otro que ha trascendido recientemente, el de John Franey, un héroe de guerra británico que falleció el pasado noviembre en Sant Lluís con cien años cumplidos y después de disfrutar de las tres últimas décadas de su vida en Menorca.

Según relatan fuentes familiares a través de la redes sociales,  en 1940, con tan solo 18 años, Franey decidió alistarse como voluntario en la Real Fuerza Área (RAF). Formó parte de los escuadrones 100 y 105 y tomó parte en una treintena de operaciones bélicas alrededor de toda Europa a bordo de bombarderos Lancaster y Mosquitoes. Una  tarea que desempeñó después de someterse a un profundo entrenamiento a lo largo de un año y que le sirvió para ser distinguido con la Flying Cross en su carrera.

Uno de los hechos más significativos de su carrera militar, a la que se incorporó al terminar sus estudios como consecuencia de la invasión europea por parte de Adolf Hitler,  fue su participación en los preparativos del conocido como día D, el 6 de junio de 1944, jornada en la que la Segunda Guerra Mundial dio un giro tras el desembarco de Normandía por parte de las fuerzas aliadas.

Una vez acabada la guerra, Franey permaneció ligado al mundo de la aviación, en este caso trabajando para líneas comerciales. Se incorporó a la conocida aerolínea British Airways como instructor de vuelo.

Un estilo de vida que llevó al exmilitar a viajar por medio mundo. Su relación con España no le viene solo por haber elegido Menorca, concretamente la zona de Alcalfar, como el destino para su retiro. El británico  mantuvo también unos fuertes lazos con el País Vasco, donde en la década de los 90, tras enviudar, conoció a Rosario Blázquez, con quien se casó y vivió hasta el final de sus días.

Según ha podido comprobar este diario, Franey, gran aficionado a la navegación, vivió con mucha discreción su etapa menorquina disfrutando de una vida tranquila, una característica que al parecer le definió a lo largo de su vida. «El abuelo John nunca hablaba de su servicio en la Segunda Guerra Mundial. Tenía poco tiempo para los veteranos que se ponían líricos sobre sus hazañas en tiempos de guerra, por heroicas que pudieran haber sido», reconoce su nieto James Franney en Twitter.