Un joven, disfrutando del ambiente suave y soleado en la playa de Sa Mesquida el pasado día de Navidad. | Gemma Andreu

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Que el año 2022 fue muy caluroso nadie lo duda. El final de la primavera ya estuvo marcado por temperaturas altas, y el verano ha sido extraordinario. Por si fuera poco, el otoño ha sido más bien un 'veroño', y hasta el momento, este invierno no ha sido extraordinariamente frío. Es la sensación que todos tenemos, y los datos lo ponen en evidencia. La temperatura media durante los 365 días de 2022 en Menorca fue de 18,6 grados, la más alta desde que se tienen registros en la estación meteorológica de la Isla con un historial más amplio, la del aeropuerto, desde 1970.

Para poner en relieve qué significa este registro, 2022 se cerró con una temperatura de 1,3 grados por encima de la media, que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) estudia a partir de los datos de un periodo de 30 años para analizar los cambios sobre el clima. Pues bien, si se pone como referencia la media de la temperatura anual del periodo entre 1981 y 2010, la anomalía, es decir la desviación sobre la media, fue de 1,3 grados. Tampoco desde que se tienen registros había existido una anomalía tan elevada.

Y es que, con estos datos, 2022 fue un año «singular y exagerado». Lo dice Agustí Jansà, doctor en Ciencias Físicas y quien 25 años fue delegado de la Aemet en Balears. «Se registró un incremento exagerado de la temperatura que sale de lo normal, con más del doble sobre la desviación típica».

Las cifras de 2022 sobrepasan los años en que anteriormente se registraron anomalías más altas. Fue concretamente en 2003 y 2014, con una desviación de 0,8 grados. «El verano de 2003 fue anómalo como el del año pasado», recuerda Jansà, «y en 2014 lo que más bien lo caracterizó fue un otoño también con temperaturas inhabituales».

Entonces, ¿qué es lo que ha hecho que 2022 se haya comportado así? No se llega a estos 1,3 grados de anomalía de la temperatura por tan solo algunos meses. En su conjunto, de los doce, diez tuvieron medias por encima de los valores habituales. Solo dos, enero y marzo, anotaron anomalías negativas. Y entonces, a partir de mayo, el verano se avanzó, con una desviación ya de 2,1 grados. La tendencia continuó así durante todo el verano: las noches tropicales, es decir, las superiores a 20 grados fueron lo más común, y la máxima alcanzada fue de 39 grados en el aeropuerto, la más alta para un mes de agosto de su serie con datos desde 1965. Luego prosiguió con un otoño también anormal, con una anomalía de entre 1,3 y 1,6 grados por encima de lo habitual y así continuó el inicio del invierno, hasta llegar también a un diciembre cálido.

«Si observamos qué es lo que pasó en verano y otoño juntos, la circulación atmosférica predominante fue más anticlónica que lo habitual», explica Jansà. Los anticiclones, es decir, altas presiones en la atmósfera, fueron más persistentes y empezaron más pronto. Por otro lado, 2022 se caracterizó en el otro extremo de la balanza por la existencia de pocos temporales, especialmente en otoño e inicios de invierno. «No hubo tantas entradas de viento del norte y esto contribuyó a que la temperatura del agua del mar esté más caliente de la normal. La tramuntana también refresca la temperatura del mar», continúa.

Por otra parte, en cuanto al balance pluviométrico, llovió un 18% más que la media. «Lo que pasó es que hubo episodios de lluvia muy importantes», indica, que estuvieron concentrados en días concretos.

Pero, ¿estos datos tan anormales son cosa solo de Menorca? Sin duda, no. Tanto en el conjunto de Balears, como en toda España, 2022 fue el año más cálido desde que se tienen registros. Sin embargo, en Europa fue el segundo más caluroso y a nivel de todo el mundo, el quinto.

Una evidencia más del cambio climático

¿Qué significa todo ello? Jansà señala que es una evidencia más del cambio climático que tenemos entre las manos. «Si miramos los datos hacia atrás y lo que pasó el año pasado lo vemos claramente: respecto a la media de entre 1971 y 2000, la anomalía de 2022 fue de 1,6 grados; y respecto al periodo 1991-2020, fue de 1,1. Sea como sea, la tendencia es ascendente». Con estos datos, el meteorólogo calcula que cada década la temperatura en Menorca ha subido 0,3 grados.

Entonces, ¿qué es lo pasará a partir de ahora? ¿Es este el tiempo que tendremos en los próximos años? La tendencia, apunta Jansà, es que el tiempo será más cálido. «Los episodios de calor excesivo irán en aumento, y los de frío, no desaparecerán, pero sí serán menos frecuentes», indica. Pero esto no quiere decir que este año que acabamos de empezar, 2023, tenga que ser como el anterior, aunque «con una anomalía que ha duplicado la desviación típica, un año como este, se puede repetir cada 50 años».