Pese a tener este permiso revocado oficialmente desde diciembre de 2017, la empresa ha seguido explotando todo este tiempo los muelles más codiciados del puerto de Maó gracias a la presentación de recursos y apelaciones que han retrasado el desahucio.
El enésimo requerimiento conocido hoy, que debería ser ya el último, llega después de que el pasado 26 de octubre la empresa Trapsayates presentara un escrito que frustró el desalojo anunciado para ese día. La Autoridad Portuaria optó por remitir ese documento a la Abogacía del Estado para su análisis. Dos semanas después, el ente público ha decidido desestimarlo y seguir adelante con sus planes.
El Club Marítimo sigue a la espera
El Club Marítimo de Mahón es el adjudicatario de estos amarres desde que el pasado 29 de junio el Consejo de Administración de Puertos aprobó el acuerdo de concesión. Sin embargo, no ha podido tomar posesión ni explotarlos desde entonces, lo que ha ocasionado una severa pérdida de ingresos para la entidad durante la temporada estival.
Desde el 1 de junio de este año la entidad mahonesa no cuenta con la gestión de ningún amarre en el puerto y su única fuente de ingresos, más allá de su actividad social y deportiva o la explotación de su sede social, es la gasolinera. Hace 14 años que la entidad perdió la gestión de los amarres siuados frente a sus instalaciones.
La concesión de estos 165 atraques es para dos años prorrogables a tres. La tasa de ocupación inicial era de 160.862 euros anuales, que el Club elevó en 44.438 euros y el 4 % de la tasa de actividad.
3 comentarios
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¡Menudo escándalo! ¿Pero para qué sirven nuestros políticos y nuestros funcionarios?. Sobre todo, ¿para qué sirve la APB?
Si si com es de Monkey boats de Cala Galdana XDDDDD, un cas que faran!! que fara por... Ara tu prova de tenir un fall, i si no tens padrins mes val que corris.
Cuando veamos que finalmente entregan las llaves y ceden de una vez por todas la explotación de esos amarres al Club Marítimo de Mahón, entonces nos lo creeremos de verdad. Mientras tanto lo que cabe esperar esta misma semana, es alguna nueva maniobra pseudo legal para seguir enredando y no cumplir con la orden de desalojo. Por otro lado, ahora lo que debería hacer la Justicia es obligar a esa empresa mafiosa a abonar al Club Marítimo el lucro que se ha estado embolsando durante estos cinco años que lleva explotando ilegalmente esos amarres.