Caritas no solo concede ayudas relacionadas con el alquiler, sino también con el suministro de electricidad, alimentación y para cubrir necesidades sanitarias y de higiene. | Josep Bagur Gomila

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El problema de la vivienda en Menorca va a más. Pese a los buenos datos de empleo y al reducido número de parados en la Isla, se complica el acceso a una casa con condiciones dignas. Y ello ya se traduce en un aumento de las ayudas para poder paliar este grave problema.

El servicio de Caritas a la atención de personas sin hogar de Menorca ha ayudado en lo que va de año a 225 familias (con un total de 341 beneficiarios), lo que supone un 22 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado.

«Se incrementan las peticiones para encontrar una vivienda o simplemente una habitación», alerta la entidad diocesana, que atribuye este aumento «no solo a la falta de alquileres asequibles, algunos con condiciones abusivas o ilegales, sino por la falta de pisos de alquiler, la temporalidad que marca la época estival, el creciente alquiler vacacional, la falta de políticas públicas y la estigmatización que sufren las personas sin hogar».

Caritas durante este 2022 ha dado cobijo a 28 personas en sus tres pisos sociales, de los cuales 8 eran menores. En total han pasado por sus viviendas siete familias, tres de ellas monoparentales y seis individuos. La entidad asegura que en este caso los datos son similares a otros años, pero debido a que las plazas disponibles son limitadas. «Los pisos sociales de Caritas se encuentran en estos momentos en su máxima ocupación, algunas de las personas residentes están allí desde hace tiempo, están en proceso de salida, pero se hace muy difícil encontrar alternativas residenciales», afirma.

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De los 225 beneficiarios de las ayudas, 111 son hombres y 114 mujeres. El 30 por ciento son de nacionalidad española, un 1 por ciento de la Unión Europea y el 69 por ciento restante son extracomunitarios.

En cuanto a ayudas económicas Caritas ha concedido 119 relacionadas con el alquiler, con un importe total cercano a los 40.000 euros. Además ha dado otras 80 ayudas para pagar el suministro, básicamente la electricidad, por un importe que sobrepasa los 12.500 euros.

El servicio de Caritas para personas sin hogar no solo ofrece ayudas relacionadas directamente con la vivienda, aunque sí que son la mayoría (el 47 por ciento), también atiende otras necesidades de las personas con dificultades al acceso de la vivienda como sanitarias y de higiene (27 por ciento), cuestiones jurídicas (7 por ciento), alimentación (6 por ciento) o de otro índole (13 por ciento).

En este sentido, Caritas destaca que el problema de las personas sin hogar no se circunscribe solo a los sin techo, ya que también afecta a los que residen en una infravivienda o una casa que no tiene las condiciones dignas para vivir, así como la falta de recursos suficientes. Asegura que muchas de estas personas «han ido acumulando vivencias traumáticas que dañan su salud mental y desencadenan dificultades para retomar sus vidas», más cuando «los apoyos se van agotando y con ello también la esperanza de encontrar una salida».