Diego Pastrana accedió al cargo a mediados de mes. | Josep Bagur Gomila

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Acercar la Policía a la ciudadanía, y que esta se haga más presente en la calle son dos de los objetivos que se plantea Diego Pastrana Huguet (Ciutadella, 1971), desde este mes nuevo inspector jefe de la Policía Local de Ciutadella, cuerpo en el que ingresó en el año 2000. Graduado social y con estudios en Psicología, se ha formado en diferentes universidades sobre violencia de género, infantil, causas penales y otras materias afines a su trabajo.

Por encima de las limitaciones de plantilla con que cuenta, el nuevo responsable de la comisaría, reitera la vocación de servicio público que tiene la profesión para llevar a cabo sus propósitos al tiempo que destaca la preparación notable con la que hoy cuentan la mayoría de agentes.

¿Por qué ingreso en el cuerpo?

—Buscaba un trabajo que me llenase y me permitiera formarme, ya que no lo había podido hacer en casa. Formarse es una obligación en este trabajo para dar un servicio adecuado a la gente. Siempre me han atraído las cuestiones sociales, he estado en ONG en varios viajes, y de ahí los estudios que elegí. Además hice el curso de oficial y el de subinspector. Tengo un curriculum denso pero no más que el que puedan tener otros compañeros aquí.

¿Esa es una novedad?

—No, es un denominador común en las policías de Menorca que la gente a veces no valora. La gente desconoce la formación que tienen los policías locales hoy día.

¿Esa formación es iniciativa propia o es una obligación?

—La Policía es el reflejo de la sociedad. Hoy gran parte de la sociedad está formada. Un ejemplo, los tres que están acabando el curso para incorporarse a nuestra comisaría tienen estudios universitarios. Esto no quiere decir que quienes no los tengan no sean tan buenos como ellos. Nosotros potenciamos todos los años la formación interna en técnicas de seguridad, auxilios, accidentes, además de la anual del EBAP.

La imagen que se tenía antes del policía era otra...

—Cada vez todos los cuerpos y fuerzas de seguridad, incluso los bomberos, están más formados y tienen un nivel intelectual más bueno. Ha de acabarse con aquella idea antigua de que quienes acababan en la policía era porque no sabían hacer otra cosa.

¿Usted era oficial y ha ascendido a inspector?

—Así es, la ley permite subir dos grados si cumples los requisitos de antigüedad y tienes estudios universitarios reglados.

¿Qué le ha motivado para optar a comandar la comisaría?

—Porque detrás hay muchas horas de sacrificio y estudio a costa de la familia dejando de estar muchas horas con ellos. También es el reto personal de mi vida. Habría sido un mal policía si no me hubiera presentado. Tengo formación, cumplo los requisitos, estoy en la casa, conozco el montaje de seguridad de Sant Joan, por ejemplo... hubiese sido un pecado no presentarme.

¿Qué pretende hacer en la Comisaría de Ciutadella?

—El primer reto, aunque es una cuestión política, es aumentar la plantilla. Quiero una policía dialogante y cercana a la gente, que el ciudadano sepa que la policía local es la del pueblo, lo que no quiere decir que los que han estado antes que yo no lo hayan hecho. El reto es hacer la policía más próxima al ciudadano y que la gente conozca nuestro trabajo.

¿Alguna iniciativa para lograrlo?

—En Ciutadella hay dos cuerpos policiales y todas estas iniciativas salen de la coordinación entre ambos. Hay muy buena predisposición mutua con la Policía Nacional. Me habría gustado coincidir en el cargo con el inspector jefe del CNP, Fernando León, porque siempre me dio buenos consejos y era entrañable. Queremos mejorar la presencia en la calle, ¿cómo?, lo hemos de estudiar y ver la forma con los que somos, y dar equilibrio porque los ciudadanos son iguales vivan donde vivan.

¿Pero se hace complicado siendo el 40 % menos de agentes que hace diez años?

—Sí, pero no hemos de llorar todo el día. Esta es la realidad y hay que hacer lo posible para dar la respuesta, y si no podemos hay que saber explicar al ciudadano por qué no hemos llegado. Lo merece.

¿En cuanto a la organización de la comisaría habrá cambios?

—La estructura es buena, el proyecto está hecho, sí que hemos de mejorar lo que hay mirando en positivo lo hecho hasta ahora. Hemos de sentarnos con los jefes de departamentos y los agentes. El buen jefe es el mejor coordinador de las ideas de todos, no el que más sabe.

¿Hay más conflictividad en el centro histórico o en Es Pla?

—Hay más aglomeración. En Es Pla no hay tanto conflicto como el que se quiere hacer ver. Este año ha habido muchos menos incidentes que los anteriores a la pandemia. Se han tomado medidas contra el botellón como cerrar los accesos y han bajado mucho. Y en el centro es otro tipo de ambiente, la gente es más adulta pero a veces le falta el civismo que debería tener. Es una cuestión más educativa, de actitudes personales.

¿Están ‘quemados' los agentes de Ciutadella por el esfuerzo del verano al realizar tantas horas extras?

—No hay policías quemados aquí. Somos servidores públicos y todos tenemos vocación de trabajo. Puede haber malestar en algunas cosas como en todos los sectores laborales. Hay buen ambiente porque si no el trabajo no saldría. Ahora habrá más mandos con la oposición de tres agentes a oficiales lo que genera ilusión en la plantilla. Además tendremos seis plazas en el proceso unificado del Govern y tres que acaban el curso ya.