Algunos pasajeros llevaban esperando en el aeropuerto desde las diez de la mañana hasta que se comunicó la última cancelación, pasada la medianoche.

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l Aeropuerto de Menorca ha vivido los días más difíciles del verano por la sucesión de tormentas que han afectado de lleno al tráfico aéreo en las últimas 48 horas. La jornada del miércoles fue la más caótica, con un balance de 40 vuelos con retrasos de más de una hora y cinco cancelaciones debido a unas condiciones meteorológicas que se fueron complicando a lo largo de la tarde.

Este jueves a mediodía, coincidiendo con la granizada que cruzó la isla de punta a punta, volvieron a registrarse retrasos generalizados, de cerca de una hora y media, en una decena de vuelos programados entre las dos y las cuatro

En toda la tarde del miércoles solo hubo tres vuelos que salieron en el horario previsto. Los pasajeros se vieron sorprendidos por retrasos de hasta cuatro horas, lo que provocó que algunas salidas se hicieran ya de madrugada, y uno de los vuelos que debía unir Menorca con Barcelona acabó aterrizando en Reus.

Los cinco vuelos cancelados eran de la compañía Vueling, cuatro con destino a Barcelona y uno a Londres, Gatwick. La primera anulación se produjo a las doce del mediodía y los pasajeros afectados fueron emplazados a los vuelos de la noche para ser recolocados. Pero tampoco salieron en los sucesivos horarios.

Todo el día esperando para nada

Después de pasar todo el día esperando, los momentos de tensión entre los pasajeros fueron en aumento. Hasta pasada la medianoche nadie les informó de las cancelaciones que, en principio, obedecían a razones meteorológicas.

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La misma situación vivieron los pasajeros que debían volar a Londres también con Vueling. Uno de ellos denunciaba la falta de información sobre cuándo podrían viajar, así como que no se les ofreció ningún alojamiento para pasar la noche. Todo ello coincidió, además, con la tormenta que descargaba sobre Menorca de madrugada. El cansancio y la tensión eran palpables.

La indignación fue aumentando entre los viajeros con vuelos retrasados por no haber personal explicando in situ la incidencia, teniendo a los pasajeros dando vueltas por el aeropuerto, subiéndo y bajándo de los aviones y autobuses. Un vuelo con destino a Lille y otro a Londres despegaron a la una de la mañana.

La respuesta por parte de Vueling y British Airways, compañía con la que compartía código los vuelos afectados, fue que la cancelación se debió a las «condiciones climáticas adversas» y lamentaron las molestias.

Vuelo de Barcelona desviado a Reus

La tormenta acompañó la travesía en un vuelo que la tarde del miércoles debía unir Menorca y Barcelona. Tras muchos intentos por tomar tierra en El Prat, acabó aterrizando en Reus. Uno de los viajeros relata a este diario que fue «una odisea» por el temporal y que el viaje se pasó con angustia. Durante horas permanecieron en el avión esperando llegar a Barcelona. Finalmente no fue así.

Afirman que la compañía se desentendió de la situación y el pasaje se las apañó por su cuenta para llegar casi a las tres de la mañana al destino inicial. Uno de los afectados pagó 198 euros para llegar hasta Barcelona en taxi.