Maestra en Educación Infantil y certificada como Guía Montessori, Blanca Sardà Mediano es una de las mujeres que han participado en el programa Dona Impuls y ha convertido una idea que rondaba su cabeza desde que acabó sus estudios en un negocio. Gracias al acompañamiento de la Cámara de Comercio, su proyecto fue «mutando» hasta convertirse en Casa Nünü, un espacio familiar donde padres e hijos disfrutan juntos y participan en las actividades que esta maestra organiza, «son propuestas atractivas y estimulantes, pero no dirigidas».
Casa Nünü no es un lugar en el que dejar a los niños, sino un concepto educativo «nuevo en Menorca» que se inspira en el famoso método de enseñanza Montessori y que busca estimular la creatividad infantil para que esta se desarrolle con libertad pero en un espacio controlado.
«Este fue mi proyecto de fin de carrera y lo he podido llevar a la práctica», declara Blanca Sardà, quien procedente de Barcelona se estableció hace más de dos años en Menorca. Después de una búsqueda de empleo que no dio los resultados esperados, se preguntó si no sería el momento de llevar a cabo su sueño tras años trabajando en su ciudad natal como maestra. Eso sí, reconoce que «si no hubiera ido a la Cámara y sin su ayuda para bajar a la tierra, hablar de números y de empresa, no lo hubiera llevado a cabo tan rápido».
Ese apoyo fue fundamental para adaptar su propuesta inicial hasta llegar a lo que es hoy Casa Nünü. «Primero pensé en acompañar a niños en sus casas, como Guía Montessori, pero era algo orientado a familias que no desean escolarizar a sus hijos, los precios tenían que ser muy altos y entonces el enfoque del proyecto se limitaba a un público elitista», explica. De ahí que la idea, como dice, fuera cambiando, desde mediados de 2021 cuando se dio de alta como autónoma hasta febrero de este mismo año, cuando abrió sus puertas Casa Nünü en Maó. «Entonces pensé que era mejor abrir un espacio a familias con este método, un lugar que para los niños es como su casa, todo está pensado para ellos, y desde mis conocimientos de educación y crianza, puedo aconsejar a los padres y acompañarlos a ellos y a sus hijos», señala.
El espacio cuenta con diversas opciones: Grupo de Crianza, Aula Montessori, Juego Libre y Atelier de Arte, y las sesiones para unirse a cada una de ellas varían, pero el objetivo, apunta Sardà, siempre es el mismo, «dejar a los niños ser tan creativos como puedan ser», ver cómo interaccionan, ofrecerles materiales que pueden tocar y manipular, dejarles experimentar de forma segura. De momento, añade, muchos de sus clientes son maestras que son madres.
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