El gran consumo de textil ha convertido las prendas desechadas en un problema medioambiental, de ahí la importancia de su recogida y de proyectos como el de Moda-re de Caritas. Desde la entidad, que ha hecho público su Informe de Economía Solidaria 2021, recuerdan que toda la ropa es bienvenida, aunque esté deteriorada, ya que si no sirve para el mercado de segunda mano en las tiendas, se envía fuera para su reciclaje en las plantas de tratamiento de residuo textil que la confederación de Caritas tiene en Bilbao, Barcelona y Valencia. Allí la ropa vieja se selecciona y transforma, en hilo reciclado para volver a confeccionar prendas o en materiales que se usan para aislamientos, por ejemplo. Menorca alcanza la media nacional del 15 por ciento de residuo textil que entra en la red de Caritas para ser recuperado.
La economía social y circular que promueve la organización de la Iglesia empleó el año pasado a 757 personas en distintos programas y permitió la recogida de más de 1.826 toneladas de residuos, entre voluminosos, textil, aparatos electrónicos y eléctricos, y otros sin especificar. Casi un 30 por ciento de la cantidad total se logró reutilizar, los voluminosos tienen la proporción más elevada, un 79,35 %, mientras que el 67,44 % fue al reciclaje y cerca de un 4 % fue eliminado como rechazo al ser imposible su recuperación. Caritas Menorca dedicó el año pasado 964.300 euros a sus iniciativas de economía solidaria, y logró la inserción laboral, con un trabajo en el circuito convencional, de 162 de las 757 personas a las que dio empleo en sus talleres, un 21 por ciento.