Misericordia Sugrañes lanzó acusaciones en la capacidad de gobierno del tripartito del Consell, que fueron respondidas por Susana Mora con alusiones a la respuesta popular a la crisis financiera de comienzos de la pasada década. | Josep Bagur Gomila

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La crisis del sector primario, agravada por el incremento de los precios de la electricidad y el combustible sobre todo, estuvo presente en la primera sesión del debate de política general del Consell, celebrada ayer. La presidenta Susana Mora aseguró que, como se hizo con la covid-19, las líneas de ayudas existentes se reforzarán con aportaciones de emergencia para los productores afectados.«Es imprescindible seguir trabajando por el sector primario, hemos hecho cosas bien hasta ahora pero ha sido insuficiente», explicó. 

Ante las críticas por inacción de la popular Misericordia Sugrañes, «viven de espaldas a la calle», y la petición de más concreción por parte de Eugenio Ayuso (Ciudadanos), «echo en falta medidas urgentes», Susana Mora explicó que, como fruto del trabajo conjunto con los ocho ayuntamientos de la Isla, ha hecho llegar al Govern y, de forma indirecta así, al Gobierno central una serie de reivindicaciones para que esta crisis inflacionaria no castigue en exceso a la economía de Menorca, especialmente a quien vive de la tierra y el mar.

En esta lista de reivindicaciones aparecen la llegada de ayudas directas al sector, la ampliación de la suspensión excepcional de la ley de minimis para que las empresas insulares no se vean perjudicadas a la hora de recibirlas, una limitación del precio máximo de electricidad y carburantes, o una reducción de la presión fiscal sobre estos elementos.

Mora comentó que también se reclama un fondo compensatorio para los territorios como se hizo con la covid-19, una prórroga en la relajación de la regla de gasto de las entidades locales, la agilización y flexibilización del destino de los fondos europeos, más libertad de acceso a los proveedores por parte de las empresas y el impulso de una transición energética hacia las renovables con medidas concretas que competen al Gobierno central.

El Consell ha trabajado también en medidas de acción de iniciativa propia, que están relacionadas con la    promoción de una red de transporte público más efectiva y atractiva, o la implantación de las citadas energías renovables, y la creación de sinergias entre distintos sectores económicos para favorecer el consumo de producto local, entre otras cuestiones.

Mora instó además a que se promueve un desarrollo efectivo del régimen especial balear (REB) para compensar los agravios económicos que supone la doble insularidad para las empresas de la Isla, algo que le reclamó Ciudadanos.Sugrañes reclamó que las ayudas anunciadas lleguen con rapidez al sector primario y que se adopten medidas que redunden en la competitividad de las actividades. «»La guerra de Putin no puede ser el escudo de todo», afirmó.

El apunte

PP y Cs ondean la bandera liberal ante la moratoria

En la primera jornada del debate de política general del Consell, casi una hora dedicó en su primera intervención, sin límite de tiempo, Susana Mora a desgranar departamento por departamento la acción desarrollada por el equipo de gobierno en el último año, un balance marcado por la pandemia antes y la invasión ahora, lo que no evita que «seguimos gestionando nuestra hoja de ruta para avanzar como sociedad».

Pese a ello, resultó inevitable que algunas de las críticas más duras de la oposición le llegaran por dos parcelas que, con la implicación del Consell, corresponden al Govern balear, como es el caso de la falta de médicos especialistas y la moratoria en la creación de nuevas plazas turísticas. PP y Ciudadanos se unieron en la crítica al intervencionismo con tendencia a prohibir, para apostar por un modelo más abierto y liberal. «Ustedes ya son una moratoria absoluta», expuso Misericordia Sugrañes.

Relacionándolo todo, Sugrañes espetó a Mora «dedíquese a luchar por la sanidad pública, esto sí que es una prioridad y no la moratoria ni la ley de Reserva de Biosfera así como la han anunciado».Entonces enlazó con críticas a la totalidad de la gestión del equipo de gobierno, al que se dirigió con dureza al reprocharle que «han trabajado como una sucursal de Mallorca sin enfadar a la superintendente Armengol», «la gestión de la carretera general llega hasta el ridículo» o que «viven una realidad paralela muy cómodos con buenos salarios en sus despachos», además de recriminarles (recortes de periódico en mano)su querencia por formular anuncios que no se concretan nunca (con la energía como asunto destacado), la demora de una larga lista de proyectos, la espesura de la Ley de Reserva de Biosfera o la improvisación sobre lo planificado, como es el caso de la moratoria que pisa, dijo, el PTI.

El tono de Ayuso fue más moderado, aunque reclamó seguridad jurídica más que límites y menos sacar pecho de sostenibilidad en aspectos como la energía o el agua a tenor de los pobres indicadores que presentan, sobre todo en producción de renovables. Además afeó a Mora que el PSOE esté asumiendo medidas restrictivas en la economía que no van con este partido, como su apoyo a promover la limitación de la venta de viviendas a ciudadanos extranjeros.

Mora centró su réplica, primero, en rebatir al PP y para ello viajó en el tiempo hasta 2011, para recordar a Sugrañes cómo afrontaron su crisis los populares, «no proponen alternativas porque esto ya lo han hecho, y qué flaca fue esta alternativa». La presidenta recuperó viejos reproches a la derecha como su «política austericida» o los recortes del Govern de José Ramón Bauzá. Negó tajantemente la desidia, defendió su carácter reivindicativo, la unidad del pacto, que las cosas se demoran pero no olvidan, la validez del PTI y sacó pecho, varias veces, de que «ahora todos se vuelven hacia Menorca» en cuanto a ser modelo turístico en tiempos de dificultad. Sugrañes le quitó el mérito a las izquierdas, «Menorca es la joya de la corona a pesar de ustedes».