El mercado de venta de coches nuevos sigue acusando los efectos de la crisis. | MANOLO BARRO

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Solo uno de cada diez coches que se han vendido en Menorca a lo largo de 2021 ha sido nuevo, recién salido de fábrica, lo que supone el 12,6 por ciento de las 6.128 operaciones de venta de turismos, todo terrenos y furgonetas, realizadas entre enero y diciembre pasados. Es el fiel reflejo de la crisis derivada de la pandemia puesto que las grandes oscilaciones del mercado del automóvil siempre aparecen asociadas a la economía coyuntural.

La inestabilidad prevalece a la hora de efectuar un desembolso importante en el maltrecho presupuesto doméstico, lo que lleva a particulares y autónomos, principalmente, a aplazar la adquisición en espera de tiempos mejores, o a recurrir al mercado de segunda mano. La misma situación incide en el freno al coche eléctrico de los que solo se vendieron 47 en 2020.

Han sido 773 los coches a estrenar -131 de ellos híbridos- que se han puesto en circulación en la Isla en 2021, frente a los    1.581 del año anterior a la pandemia. Los concesionarios de vehículos han sobrevivido al segundo año del virus, en general, gracias a la diversificación de sus negocios, preferentemente la limitada venta de ocasión, además del taller y recambios, con lo que la recuperación del sector, en comparación con las cifras del año anterior al virus, el 2019, registra un pronunciado descenso de algo más del 51 por ciento.

En 2020 se vendieron 908 nuevos vehículos, un 14 por ciento    por encima de los que se han matriculado en el ejercicio recién finalizado. La explicación descansa en que entonces, tras la salida del duro confinamiento, hubo un repunte, se entregaron coches que ya habían sido adquiridos con anterioridad y creció el ánimo entre los consumidores que habían tenido que aplazar sus propósitos. Sin embargo, la llegada de las nuevas olas de contagios paralizó las ventas e incrementó la sensación de inseguridad ante el futuro.

También han contribuido a las pobres cifras el retraso en el suministro de los vehículos nuevos, con varios meses de demora por problemas relacionados con la fabricación de los chips electrónicos en algunas grandes marcas, que acaban por inclinar al cliente hacia la búsqueda del coche seminuevo.

Ese cambio ha producido la drástica reducción de la oferta de este tipo de vehículo. «Las demoras por falta de componentes se producen no solo en nuestro sector, aunque aquí muchas marcas lo acusan más», señalan algunos profesionales para explicar que Menorca esté 8 puntos por debajo de la caída balear de ventas con respecto a 2019. «Ha sido la tormenta perfecta la que hemos sufrido por la crisis, los ERTE, el paro... y aún damos gracias por las ventas que hemos podido hacer de los seminuevos o de coches de más de diez años», indica LlorençMascaró, responsable de Renault.

Las transferencias de coches usados -5.355, en total-    han sostenido, en gran parte, a algunos de los concesionarios insulares, aunque casi la mitad de estas operaciones de segunda mano se han ejecutado directamente entre particulares. Y es que la venta privada de coches de acusada antigüedad resulta más ventajosa para el vendedor que a través del consesionario, admiten desde el    propio sector, debido a la elevada demanda.

Transferencia de coches viejos

Si no hay venta de coche nuevo, el propietario del viejo no lo entrega para rebajar la compra, de ahí que el mercado de los vehículos de ocasión, de 1 a 3 o 4 años, esté prácticamente agotado en la Isla, confirman empresarios consultados por este diario. «Hasta resulta algo más caro comprar un coche seminuevo que uno nuevo, porque el primero, si lo encuentras, te lo dan en el acto y para el otro puedes tener que esperar varios meses», comenta Lao Capó, responsable de Toyota.

La falta de estos vehículos se ha visto agravada porque las compañías de alquiler tampoco han puesto a la venta parte de su stock, como hacen anualmente. Han optado por prever que no puedan sustituirlos de cara a la próxima temporada por el retraso en la entrega de los nuevos, y han decidido conservarlos un año más.

Así, las transferencias han implicado en 2021 a coches de 15 o más años de vida, «algo preocupante para la seguridad y de lo que estamos hablando en las últimas reuniones», señalan fuentes del sector.