El subidón turístico de agosto no solo ha llenado las terrazas de los bares y las playas, el lado menos amable de la moneda está en la sala de urgencias del hospital, donde han pasado de la caída experimentada durante la pandemia, con una media de 69 visitas diarias en julio de 2020, a un incremento que les supera, con una actividad que no baja de las cien visitas al día de media. En julio eran cien, en agosto son entre 120 y 130 pacientes algunos días, y según las previsiones del sindicato médico Simebal, «superaremos los tres mil pacientes atendidos en agosto», asegura su portavoz y médico de las urgencias hospitalarias, Claudio Triay.
La sensación es que «estamos desbordados» y con un estado físico y anímico de «agotamiento total», porque el hecho de que la afluencia aumente en verano no es una novedad, pero esta vez llega después de un año y medio de pandemia y por sorpresa, «no se preveía tanto turismo y nos ha cogido con la plantilla bastante justa, no damos abasto y ni siquiera hay espacio físico», señala el delegado sindical, «necesitaríamos ser catorce y somos diez».
Los turnos son de cinco médicos por las mañanas, cuatro por las tardes y tres por la noche, aunque en realidad con las vacaciones del personal muchas tardes son tres; los sábados, domingos y festivos también son tres. Un médico residente les apoya a partir de las 15 horas los días laborables y 24 horas los festivos y fines de semana «pero es personal en formación, tiene que ser supervisado», matiza Triay.
Salud también contrata personal fuera de la plantilla para hacer guardias, pero «según cómo vaya la temporada no pueden venir por cómo han subido los alquileres, no les vale la pena, vamos camino de Eivissa, los precios son altos y está todo alquilado», afirma el médico. En estas circunstancias, con este pico máximo de población flotante, el panorama lo describe como un «caos» a partir de las doce del mediodía, el número de pacientes que espera empieza a crecer y con ello las demoras, que pueden ser de más de ocho horas.
«A partir de las 6 de la mañana ya vienen pacientes, y también a partir de las 11 de la noche», explica. Las esperas hacen que algunas personas pierdan las formas. «Los administrativos son los que dan la cara, hay exigencias y mala educación, agresiones verbales a diario, hace años que no se vivía algo así», describe el representante de Simebal. Algunas de estas visitas a Urgencias a horas intempestivas corresponden a empleados de temporada que también trabajan al límite. «Atendemos las clásicas patologías de la hostelería, muchas lumbalgias, crisis de ansiedad, muchos accidentes, tanto de tráfico como laborales y caídas», señala.
Como ejemplo, en un sábado de agosto se ha activado hasta cinco veces el equipo multidisciplinar (con intervención de varios especialistas) cuando lo habitual es que se active una vez por semana. A todo ello se unen los casos que siguen llegando, aunque menos, de covid-19. «Los que vienen y son motivo de ingreso habitualmente tienen dificultad respiratoria o una neumonía que se prevé que puede complicarse», afirma el médico de Urgencias.
9 comentarios
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Si no anesim a urgències per tonteries, no les saturariem. "Aiiii, que me clavat una pua"..."aiii que m.ha sortit un granet"...."es que es fiet li surt una dent i plora"... Ja me podeu donar de negatius. Som personal sanitari i sé de que parlo.
Como peor vaya lo público, mejor irá lo privado. Muchos ya tenemos seguro medico, obligados. Los que no puedan pagarlo, que voten en las proximas elecciones, a los que defienden lo público.
¿Más médicos? Como si quisieran venir aquí. No es que no busquen, es que no encuentran, y no se atreven a decirlo: el precio del alquiler de un PISO (ya no digo un chalet) es desproporcionado con lo que les pagan (que no es ninguna barbaridad, os lo aseguro; un cocinero de temporada cobra más). Otra consecuencia más del elevado coste y el daño colateral del turismo desproporcionado... no cabemos todos.
Sobran más de la mitad de políticos y faltan más del doble de médicos y personal sanitario.
En Menorca ya teníamos falta de estructura sanitaria antes del boom turístico que ha originado el covid. Hay que espabilar pero Susana Mora solo se preocupa de que lleguen más y más turistas,los de aquí,ya nos apañaremos
En invierno hay 5 personas y tardan un montón. Perdonarme pero vosotros de estrés no podéis hablar, siento verguenza ajena cuando he estado en hospitales saturados de Covid en una gran ciudad, con plantas enteras cerradas para Covid y el personal dando 200%, no engañéis a nadie por lo menos a mi no. Entras y están la mitad dando vueltas y la otra mitad trabajando. Espero que a partir de ahora la gente reclame donde debe.
Esto es muy fácil, menos políticos que no sirven para nada y más médicos.
I que tal si un día gerent, consellera Salut i batlesa es reuneixen i fan unes urgencies dignes a Canal Salat doteades de prou personal i mitjans? Tenim dret a unes urgencies dignes a Canal Salat, ara mateix amb xifres de tercer mon, , encara que s'amaguin, donat es gran volum de residents i turistes.
En verano debería duplicarse el personal de urgencias (más conocida como paciencias) y adaptarlo a la población real de la isla, pero la gerencia, más preocupada por sus luchas internas tiene poco o nulo interés en mejorar sus servicios. Si su sueldo fuese proporcional a la cálidad de su servicio, otro gallo cantaría...