Son las diez de la mañana de ayer sábado. Hay mercadillo en la Plaça Esplanada de Maó, pero en la estación de autobuses solo está aparcado un vehículo de transporte discrecional, con una responsable de un conocido turoperador. Por allí comentan que es la tónica general de este año, cuando en otros tiempos un mercadillo era un reclamo para el turista de todo incluido alojado en hoteles de costa y se producía un auténtico desembarco. Todo un síntoma de este verano tan especial en la Isla. De hecho, entre las paradas del mercado solo pasean una decena de familias británicas. Su ausencia es sensible para comercios como los clásicos souvenirs. En uno de ellos comentan que han logrado salvar agosto por la avalancha de visitantes nacionales, menos generosos para ellos, «tal vez sí compran un imán pero poco más». El resto de la temporada les ha ido mal. Su cliente estrella es el extranjero, el británico, y sobre todo en mayo y junio lo han echado de menos.
Cerca de este establecimiento, en una tienda de productos gastronómicos locales, la sensación es justo la contraria. El verano les va bastante bien. Ven pasar por caja a muchos turistas españoles, «los españoles gastan, si vienen es porque pueden gastar. Aquí apenas entraban británicos, ni querían probar el queso». Casi ni los echan de menos. Frente a la estación de autobuses una pareja de jóvenes italianos se interesan por saber cómo alquilar un vehículo. Un coche o una moto. Lo que sea. Les preocupa no encontrar existencias. En media hora por la zona solo se ve un grupo con guía. Son pocos integrantes y se intuye que son nacionales.
Los fríos números
Más españoles que no compensan la caída del mercado británico
Acaba agosto y la temporada alta deja una sensación generalizada de saturación, de masificación, de servicios al límite, que contrasta con una menor presión demográfica real, con los números en la mano. Hay menos gente que otros veranos. Por el Aeropuerto de Menorca pasaron en julio unos 150.000 pasajeros (entradas y salidas) menos que en los meses de julio comprendidos entre 2016 y 2019. De los grandes mercados, suben los pasajeros españoles y franceses y baja el resto. El británico se desploma a un tercio de lo habitual por la limitación de movimientos y marca la estadística general. En agosto la tendencia se ha acentuado, porque es el mes vacacional español por excelencia. El barco ha ganado peso, un 12 por ciento en julio respecto a 2019.El dique de Son Blanc pasó el mes pasado de los 67.000 pasajeros de hace dos julios a 78.000. El auge marítimo es un indicador del cambio de tendencia incentivado por las cautelas de una pandemia. Han proliferado los viajes de proximidad, el turismo doméstico, más de última hora y sin riesgo añadido. Incluso cambiar de isla por unos días se ve con más frecuencia. En los puntos de información turística que gestiona el Ayuntamiento de Maó, el 48 por ciento de los usuarios en julio fueron nacionales, el 19 por ciento franceses y el 12 por ciento británicos. En 2019 un tercio eran británicos y un 41 por ciento españoles.
Alojamiento
Hoteles a medio gas en época punta, alquiler turístico sin control
La sensación de isla llena que está protagonizando el verano de Menorca no ha entrado en los hoteles. Desde Ashome informaban hace una semana que la ocupación de los establecimientos de la Isla se movía entre el 60 y el 70 por ciento, eso sí, con un 95 por ciento de la planta abierta. ¿Se podrían haber recolocado tras el incendio los clientes del Jardín de Menorca de Torre-solí en un agosto previo a la pandemia? Seguramente hubiera costado mucho más. Son, junto a autobuses discrecionales, souvenirs, sus propios proveedores, comercios de urbanizaciones, trabajadores del sector, algunos de los más perjudicados por el cambio de perfil en el turismo este verano. El turismo nacional se decanta más por los apartamentos y el alquiler turístico, cuyo control es más complicado y que presenta todavía elevadas tasas de oferta no regularizada.
Saturación
De la piscina del hotel a recorrer toda la Isla en unos pocos días
«El turista ha pasado de estar concentrado en puntos de la costa a moverse por todas partes», es una opinión que repiten distintas voces y que ha generado la práctica unanimidad en la Isla. La consecuencia son playas con accesos colapsados y restaurantes llenos. Un auténtico test de estrés a la oferta y los recursos de la Isla. Muchos son los que no recuerdan algo similar con anterioridad. Hay colas para acceder a una playa popular del modo que sea, o colas para simplemente contemplar una puesta de sol y conseguir la fotografía icónica de las vacaciones. Para acceder a todas estas partes, con el ánimo de no perderse ni una de las recomendaciones de las guías turísticas, el turismo nacional se mueve más con su propio su coche y es más intenso. Lo suyo no es ir en grupo, ni depender de horarios, por lo que alquila o pide un taxi, unos servicios desbordados que no dimensionaron su oferta a una demanda punta en julio y agosto que nadie podía prever con seguridad. Sobre la carretera se percibe una sensación de lleno absoluto. La medición de tráfico que realiza el Consell ya delataba en julio cifras récord en algunos puntos. Los comentarios a pie de calle sobre imágenes de aglomeraciones son constantes.Otros, no obstante, como una comerciante de Maó, se opone a tanta queja.«Parece que no se entiende que de esto vivimos, ¿y si hubieran venido también los británicos?».
Mercado laboral
Muchos contratos temporales y unos 1.500 afiliados menos
La alta estacionalidad del mercado nacional, ahora predominante en detrimento del británico, hizo que julio marcara un récord de contratos laborales, muchos de ellos temporales. La temporada arrancó de forma muy tardía y las altas se acumularon el mes pasado. De hecho, no hay correspondencia entre tanto contrato y el volumen de trabajadores asegurados. El mes pasado había en la Isla 1.460 trabajadores menos afiliados a la Seguridad Social. De estos empleados ‘perdidos' 595 corresponden al alojamiento, los establecimientos de comidas y bebidas contaban con 568 empleados menos y en 449 habían descendido las plantillas de los comercios. Las inciertas perspectivas del otoño, sobre todo a partir del inicio de las clases, pueden haber enfriado los ánimos a la hora de ampliar recursos humanos. De los 9.697 contratos temporales vigentes en julio, 2.714 eran a tiempo parcial. La presidenta del Consell, Susana Mora, pone el acento en el drama de los fijos discontinuos que no podrán llegar a los seis meses de cotización suficientes para disponer de cobertura todo el año.
Negocios
Difícil encontrar mesa para comer y menos caja en el comercio
Hasta la magnitud de las colas para desayunar en un bar son inéditas, según relatan varios testimonios.Para cenar en restaurantes han sido frecuentes. «Ahora, en algunas partes, no se puede ni reservar para el mismo día», afirman residentes. Algunos restauradores sostienen que esta imagen es contraproducente en el medio plazo. En cuanto a los comercios, Ascome aseguraba hace poco que no se habían alcanzado las cifras de ventas previas a la pandemia. Españoles y franceses gastan más, en efecto, pero por lo visto no tanto como para compensar lo que los británicos han dejado de gastar.
37 comentarios
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Tal vez me equivoque, pero si estamos en una "reserva de la biosfera¿?", lo que debería hacerse es limitar la presión poblacional, y vendernos como tal, un sitio único y exclusivo (que con lo que cuesta llenar la cesta de la compra ya lo parece), y si hay que poner lista de espera, se pone, peeero, también hay que invertir en mantener unos servicios de calidad, como limpieza de las playas, transporte público con más frecuencias y horario amplio (no dos o tres servicios por día y a las 17:00 se acabó), carreteras decentes sin puntos conflictivos y bien señalizadas, y si hace falta, más vigilancia policial para mantener el orden. Si en las playas hay párquing que está bien regulado, y si no hay suficientes plazas, pues que pongan autobuses a precios asequibles y frecuencias lógicas. También se debería regular la afluencia de gente a las playas, poniendo un aforo máximo, con preferencia a residentes, y control de frecuencia de los visitantes (si uno fue ayer, pues hoy le toca a otro). etc
En Menorca vivimos del turismo y tenemos que aprovechar los recursos naturales que nos brinda. Actualmente los que manejan el tema de turismo, son unos incompetentes que tienen la isla con infraestructura cutre, sin accesos adecuados y sin servicios. Con todo el dinero que se recauda sobre todo en la urbanizaciones, se podría emplear en renovar. Desde el alcantarillado, aceras, playas, carteles informativos, farolas, pintar pasos de cebras, Y PODAR EL BOSQUE QUE ESTO EN UN POLVORIN. Pero no invierten nada. El camino de Caballos esta echo un desastre. Sin cobertura, los turistas van como pollo sin cabeza, ni una simple fuente para beber. Los carteles oxidados. Qué vergüenza. Lo que en realidad desean, que el turista tenga un mala experiencia en Menorca y no vuelva y encima hablan mal de nosotros. que no se quejen tanto, que para un mes que hay ambiente, que aguanten que luego la isla se vacía y el dinero que cobramos del turista lo gastamos durante todo el año en comer y vivir.
85 mil plazas hoteleras y 95 mil habitantes /residentes... si el obsam dice que en agosto llegamos a 214 mil personas... hagan cuentas. Sobra gente y sobra gente alojada en ilegal y sobran los que pernoctan en playas y en coches. Honestanente como estamos de impreparados tambien sobran las caravanas. Todos estos, no aportan nada, no dan puestos de trabajo ni gastan mas que en supers y gasolineras. Solo ocupan espacio y consumen recursos. Tambien es hora que controlen los accesos de coches por el puerto. Menos coches de alquiler que nunca y la carretera a tope como siempre. Mora y Negueruela, el cuento y la teoria ya la sabemos, ahora lo que hay que hacer es trabajar y dar soluciones. Panda d'inútils.
vaja, almanco té perfil
@ Javier: no hagas caso a los comentarios que se hacen por aquí en contra del turismo nacional. Dejando a un lado que, entre todas la personas que nos visitan de todas las nacionalidades, siempre los hay que se salen del tiesto, los insultos que se dedican a quienes nos visitan de otras comunidades españolas, estan en la línea del nacionalismo xenófobo y excluyente que también padecemos por aquí. Estas personas estan en contra del turismo y cada año les da por buscar como dar la lata y se piensan, con el apoyo del que maneja el aparato de los votos, que ellos pueden tener el control de quienes nos deben visitar y quienes no.
Xiprinant, no entiendo muy bien la lógica de su comentario. Por supuesto que los menorquines pagan lo mismo en IBI que el resto, pero no creo que los 80.000 residentes registrados pudieran comprar todas las segundas residencias de la isla
Javier, el importe del IBI que cobrarían los Ayuntamientos por esas segundas residencias de peninsulares o de extranjeros sería exactamente el mismo que si esas mismas viviendas fueran propiedad de menorquines. Ni un céntimo más, ni menos. Y sí, vivimos bastante alejados de esa realidad (a 200 km por mar, concretamente) de la que vosotros queréis escapar en julio y agosto, para acabar convirtiendo esta isla en un reflejo de esa forma de vida.
Acabo de leer otra noticia interesante en este medio: "Sacan del mar tres motos y una bicicleta"...Seguro pero segurísimo que el incivilizado que tira motos contaminantes al mar con su gasolina y todo es un tio de Madrid que compra motos en Menorca para divertise tirándolas por la borda de su barco... Que salvajes los españoles...
Soy un turista nacional. Vivo en Madrid, me paseo por Menorca como si fuera mio, porque sí, creo es mio, es parte de mi patrimonio, igual que lo es la Cibeles, la Sagrada Familia, la playa de Nerja y Ceuta o Melilla. Me comporto igual de bien o de mal, según gustos, en Madrid que en Menorca, intento respetar las leyes y no molestar a nadie en ninguno de los dos sitios y, en general, en todos los sitios en España que visito; incluso en el extranjero intento comportarme igual. Estoy harto de que me insulten por venir a Menorca a pasar mi tiempo. En Menorca hay unos cuantos pueblerinos alejados de la realidad y no me permito decir que los menorquines son unos pueblerinos incultos. ¿Saben cuanto IBI recaudan los ayuntamientos menorquines de malnacidos españoles propietarios de casas en Menorca? ¿Saben cuanta obra pública, polideportivos, infrastructuras, subvenciones, cursos...se pagan con ese dinero?
Nestor: No digo que no puedas tener parte de razón, ahora bien, meter a todos en el mismo saco creo que no es normal. Hay, como en todo, gente de todo tipo, también hay gente local que aparca donde le da la gana, incluidos aparcamientos para personas con discapacidad, o se sientan como les da la gana en los bares, sin respetar distancias ni nada parecido. O se cuelan en las colas de las tiendas.. Generalizar nunca es bueno.