Personas en cola a la espera de un taxi en la plaza del Born de Ciutadella, donde el problema ha sido más acuciante.

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Es un problema de distinta intensidad cada verano. Cuando más coches particulares ruedan sobre la Isla más taxis faltan, la demanda no se ha correspondido con la oferta en determinados municipios. Si no se hace uso de las licencias temporales para este tipo de transporte, la consellera de Movilidad Francesca Gomis no descarta más VTC.         

«En Ciutadella ha sido un desastre este verano porque ha habido muchos usuarios», reconoce de entrada la consellera Francesca Gomis. «Cuando se ofrecieron las licencias temporales, los taxistas de Ciutadella no las quisieron    y ahora han sido incapaces de asumir la demanda», explica.

Es posiblemente otra consecuencia de las dudas con las que arrancó la temporada, con quejas por falta de trabajo en este sector. Gomis cree que debieron aceptar en su día las licencias temporales, independientemente de que después las pongan o no en marcha en función de la necesidad.

Explica el caso de Sant Lluís, que han optado por esta posibilidad, las tienen y este año no las han activado. «Si Ciutadella las hubiera aceptado en su día y este año las hubiera utilizado habrían podido atender a mucha más gente. Trabajaremos para que el verano que viene no se repita una situación así», anuncia la responsable del Consell en Movilidad.

Insulares

Las opciones que baraja para    cubrir la carencia de taxis en verano son diversas y alguna de ellas es probable que ocasione más conflicto que solución. Anuncia Gomis que su departamento trabajará el próximo invierno en soluciones como «licencias temporales como las actuales, licencias temporales de ámbito insular, VTC, no podemos permitir que lo de este verano vuelva a suceder porque los taxistas en su día no quisieran más licencias».

En Maó, el problema ha tenido menos intensidad porque han hecho uso de las licencias temporales. «Cuando nos dijeron que las necesitaban, en tres días las tuvieron», recuerda Gomis. En Alaior solo un taxista ha pedido la licencia temporal.

Reconoce que las quejas sobre el servicio han llegado este año desde Ciutadella sobre todo. «Es un colectivo muy cerrado», dice en referencia a los profesionales del volante, «ellos se organizan a su manera, nosotros no podemos intervenir en su organización, pero daremos algún paso para que el servicio    no quede desatendido como ha ocurrido este verano», apunta Gomis, quien se muestra dolida por las consecuencias de un servicio que no se ha prestado al completo y con diligencia.   

Más allá del transporte del taxi hay consecuencias de imagen turística y de destino que pesan en el análisis global de la temporada. Los hoteleros, que han sufrido la carencia en sus clientes, han anunciado también que estudian asumir directamente el transporte entre el aeropuerto y el hotel.