Centros históricos. Los cascos antiguos de las poblaciones se han convertido en polo de atracción de clientes foráneos. Casas señoriales o de carácter típico menorquín que se reforman con mimo. En la imagen, una mujer pasea por el centro de Ciutadella. | Josep Bagur Gomila

TW
10

El precio de las casas encadena cinco años de subidas, con un incremento acumulado del 44 por ciento en Maó y del 29 por ciento en Ciutadella, según datos sobre el valor tasado de vivienda libre de los municipios mayores de 25.000 habitantes publicados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Después de tocar fondo con la recesión económica de 2008-2013, los precios de la vivienda iniciaron una recuperación, si bien fuentes del sector señalan que «para nada se han alcanzado los precios de esa época», que llevaron a partir de 2007 al estallido de la burbuja inmobiliaria.

Ese incremento de precios ha hecho que si en 2016 el metro cuadrado se pagaba en Maó a casi 1.142 euros, un lustro después, en 2021, el coste se sitúe en 1.644,1 euros. Ciutadella era y sigue siendo más cara. El metro cuadrado se cotizó el año pasado a 2.004,8 euros y el punto de partida, en 2016, era de 1.549,7 euros. Sin embargo la evolución del precio del metro cuadrado (los datos corresponden al primer trimestre de cada ejercicio) indica con claridad el aumento del interés de los compradores por el municipio de Llevant, que es el que ha tenido un aumento de los costes de tasación media más pronunciado.

Con estos valores, un piso de una superficie de 80 metros cuadrados en Maó ha pasado de costar 91.352 euros hace cinco años a los 131.528 euros en 2021. En Ciutadella una vivienda de esa superficie se podía comprar por 131.528 euros en 2016 y ahora su precio es de 160.384. Costes siempre calculados en base a los valores de tasación medios que recoge la estadística del Ministerio. El encarecimiento de la vivienda no ha ido parejo al del coste de la vida. El Índice de Precios de Consumo (IPC) ha subido un 6,2 por ciento en esos mismos cinco años, por lo que el coste de un piso ha aumentado siete veces más que el IPC en el municipio de Maó y hasta cinco veces más en Ciutadella.

La percepción del sector es que ahora los vendedores se lo toman con calma, y que los precios de los pisos, pese al encarecimiento del metro cuadrado, no están como en los tiempos de la burbuja. En chalés y viviendas aisladas esos precios fluctúan más.

«Llevamos unos años bastante estables, vemos menos necesidad de vender, menos urgencia por parte de los vendedores y por tanto, menos necesidad de bajar el precio», explica un agente, quien constata asimismo el «alto interés por Menorca» en los últimos años.

El comprador extranjero se interesa por los centros históricos, convertidos en nuevo polo de atracción; también por propiedades con vistas al mar y, por último, por las fincas de interior. Voces del ámbito inmobiliario se congratulan por esta entrada de inversiones, que se realizan «pese a las complicaciones jurídicas», sobre todo cuando son en el campo, y recuerdan que son proyectos que se ejecutan sobre fincas cerradas o abandonadas por sus propietarios locales hasta que consiguen venderlas.