Al juzgado número 1 de Maó los ceses le dejan con su plantilla recortada a la mitad.

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En cuestión de una semana, del 22 al 26 de este mes, los partidos judiciales de Maó y Ciutadella perderán a 19 funcionarios a los que se les ha concedido el traslado tras pasar dos años en Menorca. Llegaron con una convocatoria de oposición en la que el Ministerio de Justicia concentró las plazas en el archipiélago para paliar la necesidad de personal pero que ahora la empeora, al producirse de golpe los ceses por traslados. Así lo ha denunciado el sindicato CSIF, que califica la situación de «desastre provocado por el mismo Ministerio» y de «fuga masiva» de funcionarios que prácticamente llegaron forzosos, al no haber plazas en su comunidad, y que pasados dos años y debido a los sueldos bajos y un elevado coste de la vida en Menorca, solicitan el traslado.

Los primeros ceses se producirán el lunes día 22 con el cuerpo de tramitación, mientras que el día 26 se harán efectivos los ceses en los grupos de gestión y de auxilio. «En una semana estará resuelto y se irán todos», explica Celeste Mercadal, representante de Menorca por el CSIF en la junta de personal de Balears. La marcha de estas 19 personas afecta de manera desigual en ambos partidos judiciales, pero según el sindicato el más afectado será el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Maó, encargado de los casos de violencia de género, donde «cesa la mitad de la plantilla», asegura la portavoz sindical.

Existen tres bolsas de interinos para cubrir las vacantes que se generen con los traslados pero una, la de auxilio, ya está agotada y «las otras tienen gente en el cupo de reserva, esperemos que se cubran las vacantes». La situación en Mallorca es más grave, allí todas las bolsas están agotadas.

Las nuevas bolsas de interinos en todas las islas están pendientes de baremar y no entrarán en vigor antes del verano, según las previsiones de la propia Administración. «Así es imposible dar un buen servicio al ciudadano», critica Mercadal, porque a la falta de personal por los traslados se suma que los nuevos que llegan «deben empezar de cero, eso provoca una ralentización de los procesos y ya se arrastra una sobrecarga de años atrás».