La previsión de un repunte de la demanda de usuarios como consecuencia de la crisis económica derivada de la pandemia, motivó la cesión del Consell al Ayuntamiento de Ciutadella del albergue juvenil de Sa Vinyeta para cumplir funciones de casa de acogida.
Y las ha cumplido perfectamente. Ocho usuarios tiene el centro estos días, aunque la ocupación durante los últimos meses ha tenido momentos de ocupación plena, las diez plazas disponibles, según confima Laura Anglada, teniente de alcaldesa de Recursos Humanos y Atención Social. A modo de resumen, «Sa Vinyeta ha bastado para cubrir toda la demanda», destaca la responsable municipal.
La casa de acogida municipal, ubicada en la calle Degollador, muestra sus carencias para esta función cuando han de aplicarse medidas de prudencia sanitaria como las exigidas a causa del coronavirus. No era posible garantizar en sus espacios comunes, entre otras, medidas de distanciamiento.
El edificio está vacío a la espera de que cuando las circunstancias sanitarias lo posibiliten poder desdoblar otros servicios municipales. Está previsto el traslado del centro de promoción de la autonomía personal para separar este servicio del Centro del Día, con el que comparte espacio. «Pero todo es provisional», matiza Anglada, quien se muestra satisfecha por los resultados obtenidos en Sa Vinyeta como casa de acogida temporal.
Reconoce, no obstante, la situación de temporalidad y la necesidad de recomponer los distintos servicios sociales en los espacios municipales porque Sa Vinyeta tendrá que volver a su papel de albergue juvenil. Todos los planes siguen condicionados a la evolución de la pandemia del coronavirus.
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