La creación de una red de espacios de co-working (trabajo colaborativo) es una de las piezas fundamentales del proyecto. | Jaume Morey

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Convertir Menorca en un referente internacional en innovación tecnológica enfocada a la sostenibilidad, capaz de atraer y retener en la Isla a talento innovador y de generar un nuevo motor productivo basado en la llamada economía digital. Es a grandes trazos el objetivo del plan que ha diseñado el departamento de Economía y Territorio que dirige Miquel Company en colaboración con el fundador de Decelera y de Menorca Millennials, Marcos Martín. Ideado para ser una realidad en cinco años, este proyecto para la creación de un hub de innovación tecnológica y sostenible aspira a recibir 15 millones de euros de financiación del reparto de los fondos europeos de reactivación económica.

La idea surgió el pasado verano en el marco de la búsqueda de estrategias de dinamización económica tras la crisis sanitaria. En estos meses se han mantenido contactos al más alto nivel con ejecutivos de grandes corporaciones con residencia en la Isla, autónomos y emprendedores para tantear la viabilidad de la creación de este hub tecnológico orientado hacia la sostenibilidad y el modelo de slow life, un nicho sin cubrir en la red mundial de este tipo de iniciativas. «La aceptación ha sido enorme, nos trasladan que tenemos todos los ingredientes. Podemos ser líderes mundiales en este campo», defiende Marcos Martín.

Pero, ¿qué es un hub tecnológico? En un nivel teórico se puede definir como un territorio en el que los distintos actores sociales se han puesto de acuerdo en ofrecer todas las herramientas e infraestructuras para la consecución de una meta, en este caso la atracción de talento para el desarrollo de proyectos tecnológicos que puedan ser exportables y que, implicando a las empresas locales, sea capaz de generar una alternativa productiva que diversifique la economía. Aprovechando el boom del teletrabajo y el éxodo urbano hacia lugares más seguros provocado por la pandemia, Menorca pretende posicionarse como el lugar perfecto en el que desarrollar proyectos alineados con dos de los principales objetivos estratégicos de la Unión Europea para la transformación económica en la próxima década, la sostenibilidad y la digitalización.

Aterrizando en el nivel práctico, la creación de este hub, de este centro geográfico de atracción internacional de innovadores, implica una serie de actuaciones para dotar la Isla de infraestructuras adecuadas. Es ahí donde resulta más crucial el papel de las administraciones públicas, que deberán dar el primer impulso, sembrar la semilla de la futura inversión privada. Ese proceso de transformación en un hub tecnológico pasa por la creación de una red insular de espacios de trabajo colaborativo, el llamado co-working, así como por la implantación de espacios de co-living, una suerte de residencias puente pensadas para que los emprendedores recién llegados puedan alojarse antes de establecer su residencia definitiva.

Telecomunicaciones

Uno de los elementos más importantes para hacer posible que esos emprendedores tecnológicos trabajen en Menorca son obviamente las telecomunicaciones, un campo en el que la Isla tiene mucho que mejorar, sobre todo en el entorno de las urbanizaciones y zonas turísticas. En ese sentido, y de la mano de otros proyectos confluentes, el Consell pretende llevar a cabo un potente despliegue de la red de fibra óptica que permita acceder a un internet veloz y fiable, facilitando el teletrabajo y el desarrollo y la exportación de productos tecnológicos en condiciones óptimas.

El plan de actuaciones previsto hasta 2025 no hace otra cosa que ponerse en la piel de un emprendedor que llega a Menorca para establecer aquí su centro de operaciones y en ese sentido intenta dar respuesta a sus necesidades. A los espacios de trabajo, al alojamiento, a las conexiones y también a la planificación familiar. La apertura de un colegio internacional es otro de los elementos del plan con el objetivo de superar una de las debilidades de Menorca a la hora de promover que se afinquen extranjeros.

La creación de una oficina de aterrizaje que asesore a los recién llegados sobre la oferta insular a su disposición, la implantación de un laboratorio de pruebas y de una incubadora de proyectos de la mano de grandes corporaciones, la organización de un evento global en materia de tecnología y sostenibilidad y la firma de convenios con universidades para ofertar ciclos formativos al objeto del hub son otras de las actuaciones que completan un plan ambicioso y pensado asimismo para que puedan generarse sinergias con los emprendedores, autónomos e industrias locales.

Al respecto, el conseller Company defiende que se trata de repatriar talento menorquín y retenerlo, captar talento extranjero e inversiones y dinamizar zonas degradadas de la Isla, pero también de «colaborar con la industria local, dar un golpe de timón a industrias que por efecto de la globalización dejarán de ser viables en diez, quince o 20 años» para que, por ejemplo, «puedan reconvertirse en industrias de fabricación de componentes asociados al hub», una economía desestacional que debe añadir una perspectiva más a la marca Menorca. El proyecto ya ha sido expuesto ante los ayuntamientos de la Isla y el Govern, y se han entablado contactos informales con distintos ministerios. Company asegura que «la aceptación y la voluntad de colaboración es absoluta».