Los profesionales volvieron a protestar este lunes con pancartas en las que pedían explicaciones a la directora médica | Josep Bagur Gomila

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Si el jefe del servicio de Medicina Intensiva del ‘Mateu Orfila', el doctor Ramón Fernández-Cid, quiere seguir en el cargo deberá hacerlo bajo la supervisión de la directora médica del hospital, Tamara Contreras, y además pedir disculpas públicas por no censurar explícitamente algunas de las subidas de tono y descalificaciones que se han vertido –sobre todo en redes sociales–, contra la gerencia y la dirección médica durante estos días de crisis. Precisamente la figura de la doctora Contreras es apuntada por los profesionales que han salido a protestar por la destitución de Fernández-Cid como la promotora del cambio; este lunes se cumplieron seis días de concentraciones a las puertas del centro sanitario en las que directamente se reclama su dimisión.

Lejos de dimitir, Contreras vigilaría la implementación del nuevo modelo de tipo organizativo y asistencial, del que no han trascendido detalles, por parte del jefe de la UCI.

Estas son las condiciones de la propuesta de acuerdo que ayer el gerente del Área de Salud de Menorca, Romà Julià, trasladó al doctor Ramón Fernández-Cid en una reunión que este martes tendrá una segunda parte. El médico intensivista evitó este lunes realizar declaraciones sobre esta negociación, mientras a las puertas del hospital el personal que le apoya exigía responsabilidades a Julià y a Contreras, considerando inviable que ahora actúen borrando estos seis días de un plumazo.

De momento, según ha podido saber este diario de fuentes próximas a esa negociación, no hay acuerdo, y se ve complicado que llegue a producirse.

«Quieren volver a dejarle en su cargo, como si no hubiera pasado nada, y tanto gerente como directora médica quedarse. Aquí sí que ha pasado algo, y ha pasado algo muy importante, que va en contra de toda la sanidad menorquina», declaró este lunes la doctora María Luisa Heredia, «si quiere seguir en la UCI como estaba hasta ahora y ella está en contra, será ella la que tendrá que desaparecer». En su opinión es incomprensible que se soliciten disculpas públicas al doctor Fernández-Cid.

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«No entendemos qué disculpas tiene que dar cuando él no ha provocado nada, lleva siendo jefe de la UCI 22 años y ha funcionado perfectamente con él, no entendemos ni el motivo de su cese ni ha habido ningún enfrentamiento personal, ni con la gerencia ni con la dirección», afirmó. «Si conocen al doctor», añadió Heredia, «es una persona de gran calidad humana y profesional, nadie se cree que haya hecho algo fuera de lo normal que merezca la justificación de un cese».

Al parecer la petición de esas disculpas viene argumentada por el tono que han ido adquiriendo los comentarios vertidos contra la gerencia y la directora médica tanto en redes sociales como en grupos de WhatsApp, al mismo tiempo que se daba apoyo al jefe de la UCI; la gerencia considera que el médico debería haber frenado esas actitudes.

Modelo

En materia profesional, la propuesta realizada a Fernández-Cid pasa por introducir ese nuevo modelo organizativo que, según informó este lunes el Área de Salud, basa la atención de los pacientes críticos en criterios clínicos objetivos fijados por la Sociedad Española de Medicina Intensiva. La reunión convocada por Romà Julià se llevó a cabo con la voluntad de tratar «a través del diálogo, por los canales internos habituales que corresponden en una organización como el Hospital Mateu Orfila, y siempre desde el ámbito técnico, la situación que se ha generado a raíz de la propuesta de cese del doctor Fernández-Cid como jefe de la UCI», señaló este lunes la gerencia en una nota de prensa.

Julià recuerda que en ningún caso se ha cuestionado la valía profesional del doctor Fernández-Cid, «ni el excelente trabajo que está haciendo todo el equipo profesional de la UCI, tanto médicos como personal de enfermería y auxiliares». Al mismo tiempo el director-gerente sanitario explica que asumió el cargo con el propósito de «aportar mi bagaje profesional para introducir los cambios en la organización que, desde el punto de vista técnico, considerara oportunos pensando en procurar la mejor asistencia a los pacientes» y que «el cambio de modelo en nuestra UCI responde a este objetivo».

Por último Julià consideró lícitas las opiniones y manifestaciones en torno al cese pero lamentó «que se hayan llevado al terreno de la descalificación, el insulto y el ataque personal, una situación que en ningún caso se puede permitir», aseveró.