Representantes de todos los grupos políticos muestran su apoyo al colectivo de TDAH ayer en Maó. | AM
El Ayuntamiento de Maó se sumó ayer a la iniciativa de iluminar de naranja el edificio consistorial para dar voz a las personas con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), una acción común en distintas ciudades promovida por la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al TDAH. La Asociación de TDAH de Menorca impulsó este acto, con motivo de que el 26 de octubre se celebró el Día del TDAH en España, con el objetivo de que «se conozca y se haga visible» este trastorno, al mismo tiempo que se lucha contra la discriminación de quienes lo padecen. Así lo explicó Reme Huerta, vocal y portavoz de la Asociación de TDAH en la Isla, quien fue la encargada de dar lectura a un manifiesto en el que se reivindica una legislación «que visualice a la persona con TDAH» y garantice los derechos para los afectados, que son en torno a un 5 por ciento de la población infanto-juvenil y el 2 por ciento de la adulta. Porque el trastorno no es solo algo de la infancia, señaló Huerta, «no se pasa con la edad» y es algo que «cuesta aceptar, muchos padres no quieren que a sus hijos les cuelguen etiquetas, pero hay que decirlo, hablar, no es nada malo».
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¿Cómo que becas? ¿Becas para qué? Las becas, hasta donde yo sé, se han otorgado siempre con fines académicos para ayudar en su avance curricular a los buenos estudiantes con pocos recursos financieros. Estas asociaciones lo llaman becas de manera intencionada y claramente eufemística, porque parece que dicho así suena mejor, cuando lo que en realidad piden es sencillamente una subvención económica por el simple hecho de que dicen que sus hijos son al parecer hiperactivos o lo que sea. Esto de que si niños con hiperactividad, que si déficit de atención, etc etc, es pura nomenclatura inventada por cierta psicología progre postmoderna, sin ninguna base científica que lo sustente. Hay infinidad de estudios al respecto que rechazan todas estas historias. Aquí la cuestión es que todo el mundo ya se ha acostumbrado a pedir dinero público con cualquier excusa o motivo, con esa cantinela tan de moda de los niños con "necesidades especiales". Y ahí por lo visto cabe de todo.