«En Menorca, con un punto de partida favorable y dado que no tenemos entornos urbanos masificados ni gran movilidad de personas fuera de la temporada, debemos apostar decididamente por la salud ambiental y un urbanismo sostenible», afirma la doctora Elena Muñoz Seco, que ejerce como médica de familia en la Unidad de Salud de Es Castell.
Propugna el consumo de alimentos saludables, «cultivados en Menorca, kilómetro cero» y un «urbanismo amable para las personas dependientes y promotor de la salud». Subraya que «el hecho de tener una isla sana hace que las personas estén más sanas y nos protegerá contra futuras pandemias».
Advierte que «el virus ha venido para quedarse durante mucho tiempo aunque encontremos la vacuna, y debemos debemos estar preparados para escenarios peores que el actual» y añade que «aunque a todos nos gustaría que futuro sea mejor, puede haber nuevas oleadas, por lo que hay que seguir manteniendo la distancia social y las medidas de higiene, que han funcionado hasta ahora».
Atención Primaria
Para la presidenta de la Sociedad Balear de Medicina Familiar y Comunitaria es «fundamental» reforzar el sistema sanitario, sobre todo la Atención Primaria, «que está parando esta oleada del virus».
La doctora Muñoz Seco señala que «aún no estamos en la época poscovid, porque siguen repuntando casos, pero son más leves, con una disminución de los ingresos hospitalarios y en UCI». Durante los peores semanas de la pandemia el sistema sanitario de la Isla no colapsó porque solo el 15 por ciento de los casos fue al hospital Mateu Orfila y el resto fue tratado en Atención Primaria.
Hoy se frena la covid mediante la detección de casos y el rastreo de los contactos mediante tests: «que lo hace fundamentalmente la Atención Primaria». Anuncia la continuidad de las fórmulas de comunicación y atención al paciente que se implementaron durante el confinamiento.
Propugna la desmedicalización porque protege al paciente y evita el colapso del sistema paciente. La doctora Muñoz declara que «no es cierto que el virus golpea por igual a pobres y ricos porque las clases más defavorecidas se contagian más y después pagan las consecuencias económicas, con pérdida de trabajo y de poder adquisitivo. «No basta con reforzar el sistema sanitario, también hay que reforzar el sistema social para que nadie quede atrás», declara esta médica ilustrada.
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