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Cuando Sian Randles se echó al agua en Na Macaret con su máscara de snorkel y empezó a rastrear plásticos que retirar del mar poco se imaginaba el hallazgo que iba a realizar. Semienterrada en la arena encontró un arma, una especie de subfusil cuya procedencia y fabricación está ahora investigando la Guardia Civil.

Esta joven de 21 años, natural de Maó y de origen británico, pasaba la tarde con su padre, su hermano y su pareja en la playa de Na Macaret, una zona de Es Mercadal que le es familiar ya que sus abuelos residen en Addaia. El calor que se vive estos días en la Isla invita a los baños de mar a última hora de la tarde, y así lo hizo este grupo; eran pasadas las 20 horas cuando, mientras nadaba y buscaba plásticos que recoger del agua, Sian vio en el fondo algo negro cubierto de arena que, en una primera impresión, le pareció simplemente un trozo más de basura.

Pero al estirar de aquel peculiar plástico lo que emergió le causó una gran sorpresa y desconcierto, «me asusté al ver que era un arma y que era más grande que una pistola», explica a «Es Diari». Se encontraba a menos de 20 metros de la playa, muy frecuentada por familias y niños pequeños, «la tapamos con una toalla, no queríamos asustar a nadie». Y es que al consultar con el resto del grupo y comprobar que aquello «no era de mentira sino real, pesaba» de inmediato reportaron el incidente a la Guardia Civil, que se personó en el lugar y retiró el arma, para hacer las pertinentes averiguaciones. Lo más parecido al objeto que encontró Sian en Na Macaret es un subfusil MP40 utilizado por las tropas alemanas durante la II Guerra Mundial, hasta ahí han llegado las pesquisas de la joven y su familia en internet, buscando imágenes similares a las del arma que halló bajo el agua, pero serán los especialistas de la Benemérita los que rastrearán la fabricación y origen del artefacto. El susto inicial quedó en un suceso veraniego para el recuerdo.